Yasi, de “proporciones catastróficas” según las autoridades, dejó a su paso por el noreste del estado de Queensland un rastro de casas con tejados arrancados y árboles derribados por las rachas de viento de hasta 285 kilómetros por hora.
Después de la terrorífica noche vivida por decenas de miles de residentes, con la primera luz del día la Policía y los servicios de protección civil iniciaron la inspección de las zonas sacudidas por el ciclón, que entró en tierra firme hacia la medianoche (14:00 GMT, del miércoles), con categoría 5, la máxima.
A medida que el ciclón avanzaba por la región, este fue perdiendo fuerza hasta llegar a convertirse en una tormenta tropical aunque continuó su trayectoria en dirección Norte.
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