Un portavoz de la Casa Azul --la sede de la presidencia surcoreana--, detalló que el cambio de estrategia fue acordado en la reunión de emergencia que dirigió al presidente, Lee Myung Bak.
Mientras, los vecinos, las autoridades locales y los ingenieros y técnicos han redoblado sus esfuerzos para reparar los daños de la isla de Yeongpyeong, sobre la que cayeron los proyectiles que acabaron con la vida de cuatro personas y ocasionaron múltiples destrozos.
La mayoría de los 1.700 residentes fueron evacuados a la cercana ciudad portuaria de Incheon, pero unos cientos han permanecido en la isla para colaborar en las tareas lideradas por las autoridades, informa la agencia estatal Yonhap.
En total son 22 los edificios --la mayoría viviendas-- dañados o destruidos por el bombardeo. Además hay problemas en el suministro eléctrico.
Ingenieros y cargos públicos del distrito de Ongjin, que tiene jurisdicción sobre Yeongpyeong, evalúan el alcance de los daños para hacer una estimación de los costes de reparación.
"El suministro de agua se normalizó ayer por la tarde. En cuanto a la comida, los trabajadores de Cruz Roja empezaron esta mañana a suministrar comida gratis para los vecinos", ha informado una fuente del Gobierno local.
También ha quedado restablecida la comunicación por telefonía móvil, no así la de los teléfonos fijos. La compañía estatal KEPCO ha enviado personal a la isla para arreglar los problemas en el suministro de energía.
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