En el encuentro participaron los viceministros de Finanzas y el grupo Sherpa, integrado por representantes personales de dirigentes internacionales. Solo pudieron confirmar las diferencias existentes sobre el asunto clave de la cumbre: la llamada guerra de divisas.
"Los principales países han estado en punto muerto, así que probablemente la cuestión será tratada con los líderes que se reúnan en la recepción formal y la cena de trabajo prevista para la noche", añadió Kim.
Éste precisó que "los países han mantenido posturas paralelas y han competido entre sí para reflejar sus posturas en la redacción exacta de la Declaración de Seúl que será anunciada al final de la cumbre de dos días".
China, Alemania y Japón, entre otros, han manifestado su rechazo al plan estadounidense de limitar a un 4 por ciento los desequilibrios de cuenta corriente en el PIB, informa la agencia surcoreana 'Yonhap'.
El mes pasado, en el encuentro celebrado en la ciudad surcoreana de Gyeongju por los ministros de finanzas, éstos admitieron la necesidad de crear un sistema comercial más definido y abstenerse de la devaluación de las divisas.
Kim quiso matizar que al margen de los principales temas, se han hecho progresos en otras áreas, como la mejora del control a las grandes instituciones financieras, cuestionas de desarrollo o la creación de una "red global de seguridad financiera".
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