Según informó ayer Protección Civil, el fallecido era una persona mayor y vecina de Kolontár, la localidad donde la oleada tóxica golpeó con más fuerza.
Vivir en las aldeas afectadas en el oeste de Hungría por la avalancha tóxica de barro rojo ya no es posible, aseguraron ayer mismo varios expertos y organizaciones medioambientales que advirtieron de los efectos nocivos de la contaminación de la tierra y del aire.
Las localidades de Kolontár y Devecser, a unos 160 kilómetros al suroeste de Budapest, fueron las más afectadas por el lodo tóxico.
BAYONKI, EN LIBERTAD
Además, un tribunal húngaro puso ayer en libertad a Zoltán Bakonyi, director de la empresa de aluminio MAL, causante del vertido que acabó con la vida de nueve personas y causó la catástrofe ecológica.
Bakonyi fue detenido el pasado lunes por la Oficina Central de Investigaciones por las acusaciones de crear un peligro público, ser responsable de la muerte de varias personas y causar incontables daños naturales.
El abogado de Bakonyi, János Bánáti, explicó ayer a los periodistas que el Tribunal había decidido poner a su defendido en libertad porque la fiscalía no ha sido capaz de argumentar de forma convincente los cargos que le imputan.
Agregó que aún se está en una etapa tan inicial del caso que no es posible tener aún conclusiones sólidas.
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