Estados Unidos abrió el fuego al intervenir en primer lugar después del representante iraní en la sesión del Consejo de Derechos Humanos dedicada al Examen Periódico Universal de Irán, un mecanismo que cada miembro de la ONU debe pasar, mientras a la entrada del Palacio de Naciones cientos de opositores iraníes se manifestaban.
“Estados Unidos condena fuertemente la reciente violencia y la represión injusta de ciudadanos iraníes inocentes, que ha traído detenciones, muertos y heridos”, señaló el secretario de Estado adjunto para la Democracia y Derechos Humanos, Michael Posner.
El representante de EEUU condenó también “las crecientes restricciones de la libertad de expresión”, con “el cierre de medios de prensa, y la detención de periodistas iraníes y extranjeros, así como los impedimentos para acceder a internet”, así como la “situación de los detenidos y la ausencia de juicios justos”.
Las gestiones diplomáticas lograron que la lista de los más de 80 oradores apuntados para esta sesión estuviera encabezada, además de por Estados Unidos, por otros países muy críticos de Irán, como Israel, Canadá o Francia.
En el turno de intervenciones hoy, Francia denunció que “las autoridades llevan a cabo una represión sangrienta contra su propia población, que reivindica pacíficamente sus derechos”.
El embajador español, Javier Garrigues, por su parte, incidió en el alto número de ejecuciones que registran en Irán y que le sitúan en segundo lugar en el mundo, después de China.
“España está preocupada por el continuo deterioro de los derechos humanos en Irán. Recomendamos que acepte la visita de los relatores especiales de la ONU... y lamentamos el empleo indiscriminado de la pena de muerte”, señaló el diplomático.
Los casos de tortura, los castigos como la lapidación o la amputación de miembros, la falta de independencia del poder judicial o las leyes discriminatorias hacia las mujeres fueron otros de los aspectos criticados por los países.
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