Los británicos calificaron el plan de “contrato con el pueblo iraquí” para dar a entender que Londres apoyaría el eventual derrocamiento del dictador, informó ayer el diario The Independent.
En él se prometía ayuda, contratos petroleros, cancelaciones de la deuda, acuerdos comerciales y otras ventajas una vez que Sadam Husein fuera apartado del poder.
Frente a lo afirmado el viernes por Tony Blair, en el sentido de que los atentados del 11 de septiembre de 2011 habían modificado la percepción del riesgo que presentaba Sadam Husein, el documento, con fecha del 11 de junio, prueba que el entonces primer ministro pensaba ya antes en un “cambio de régimen” en el país árabe.
“Queremos trabajar con un Irak que respete los derechos de su pueblo, viva en paz con sus vecinos y cumpla el derecho internacional”, reza el documento.
“El pueblo iraquí tiene derecho a vivir en una sociedad basada en el imperio de la ley, libre de represión, de tortura y detenciones arbitrarias, a gozar del respeto de los derechos humanos, la libertad económica y la prosperidad”, agrega. El Gobierno británico ofrecía a un nuevo régimen iraquí la “reestructuración de la deuda” en el llamado club de París, así como ayuda del FMI, del BM y de la Unión Europea.
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