Escrito en el metro

Cambiar el mundo

Después de tantos años de almas encallecidas, el discurso de Greta emociona y agita las conciencias adocenadas y alienadas en espacios de confort

Publicado: 27/03/2019 ·
12:12
· Actualizado: 27/03/2019 · 12:18
  • Los viernes por el Planeta. -
Autor

Salvo Tierra

Salvo Tierra es profesor de la UMA donde imparte materias referidas al Medio Ambiente y la Ordenación Territorial

Escrito en el metro

Observaciones de la vida cotidiana en el metro, con la Naturaleza como referencia y su traslación a política, sociedad y economía

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Tenía que ser en Marzo, el mes dedicado al dios griego de la valentía, el del inicio de las revoltosas primaveras. La esperada revolución va vestida de violeta y verde, violeta de mujer, de feminidad,  y verde de juventud, de esperanza. Las calles se van llenando en todo el mundo de unas y otros. Demandan que el sistema debe cambiar para cerrar las cada vez más amplias brechas de género y de generaciones, que hacen más críticas a las que ya se abrieron en la rueda de la humanidad, como las del trabajo, la alimentación, la educación o la salud.

Greta, mujer y joven, eleva la voz ante unos pasmados dignatarios, acusándoles de robarles el futuro. Su discurso es la Sinfonía para un nuevo mundo, que proclama en su partitura: Intentan pararme pero no podrán hacerlo, ni verlo, ni frenarlo, ni tampoco comprenderlo; el mundo está enfermo y hay que curarlo, si no lohago yo ¿Quién más puede lograrlo?

El planeta aguantará estoico este cambio global al que queremos someterlo, como otros momentos incluso peores a lo largo de su historia geológica,  pero la humanidad no parece estar en condiciones de adaptarse. Las acciones deben ser tan profundas como urgentes. Cierren los ojos por un momento e imaginen un mundo sin plásticos, sin coches, donde los árboles sean más importantes que el hormigón, y sobre todo más equitativo, más solidario, sin más norte que el geográfico, sin más sur que el de la alegría, en el que la riqueza sea compartida. Al despertar pensará que se trataba de una quimera, pero es la única utopía posible.

Después de tantos años de almas encallecidas, el discurso de Greta emociona y agita las conciencias adocenadas y alienadas en espacios de confort. A qué esperáis, nos están gritando, levantaros de una puñetera vez de ese sofá desde donde admitís la inadmisible voluntad de los poderosos y de los retrógrados que juegan con vuestro bienestar, vuestra seguridad y con el futuro. Ya es hora de sentirse halcones llamados a las filas de la insurrección, en caso contrario nuestra propia alma nos reprocharáque dónde estábamos entonces. Hay dosis de esperanza en las palabras de Greta, son pensamientos de violetas que florecen hoy con la primavera.

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