En una calle sin ventanas

Un año de Museo y cuatro de cambio

Se cumple ahora un año de la inauguración del Museo Íbero y son tantas las opiniones negativas que acumula, como las positivas. Tras los fastos por todo...

Publicado: 12/12/2018 ·
23:41
· Actualizado: 12/12/2018 · 23:41
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Autor

Luis Morales Quesada

Luis Morales Quesada, autor de este blog, es experto en Gestión y Conservación del Patrimonio

En una calle sin ventanas

Una reflexión sobre la importancia de conservar y poner el valor el conjunto histórico de Jaén y muchas cosas más…

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Se cumple ahora un año de la inauguración del Museo Íbero y son tantas las opiniones negativas que acumula, como las positivas. Tras los fastos por todo lo alto, con presencia hasta del rey, en aquel 11 de diciembre, el silencio ha sido demasiado a menudo el sonido ambiental de un museo que se muestra incapaz de terminar de abrir. Fue grande la decepción cuando se supo que nada se había trabajado en estos últimos años para sacar adelante un proyecto museográfico de nivel que llene sus salas dándole el sentido que tienen. Estaría el continente listo, pero no el contenido. Y no es que falten piezas, son miles las que esperan, como esta provincia, que llegue su momento. Mientras tanto, una exposición excesivamente temporal que deja sabor a muy poco, cuyas piezas en algunos casos comienzan ya a volver a sus legítimos propietarios o depositarios. Que aminora por lo tanto su contenido con el tiempo y que entristece al interesado que recorre sus vacías y solitarias salas de un espacio flamante y recién inaugurado. Los números no son tan malos, es la novedad. Más de 70 mil personas han visitado las instalaciones y todo el que pasa por sus puertas aplaude lo necesario que es para una ciudad y provincia como esta contar con una instalación así. Ya nadie se acuerda de proyectos menos ambiciosos, resignados y oportunistas; como reinstalar esta exposición en alguno de los edificios históricos sin uso de la ciudad. Era necesario, caro y está hecho. Ahora solo falta acabarlo. Exposiciones como las de los “El sitio de los Dólmenes de Antequera”, “Jaén, tierra de Castillos”, "Al detalle, la pieza arqueológica tras el doble objetivo”; o la reciente exposición del espacio “Nuevas colecciones” se unen a una creciente agenda cultural de documentales, charlas y hasta conciertos que intentan suplir en lo posible los silencios de un Museo que en cualquier otra ciudad hubiera revolucionado su oferta turística y cultural; y hoy en cambio es aún una visita prescindible para muchos turistas Este es “el cambio” que necesita especialmente Jaén, el que los proyectos cumplan plazos y no se eternicen durante lustros por fases que siempre encuentran escusas para alargarse más y más. Es en definitiva que promesas como el Museo Íbero, Santo Domingo, Marroquíes Bajos o Jabalcuz se cumplan definitivamente para poder centrarnos así en el siguiente capítulo de asuntos pendientes: la recuperación de las murallas, las Carnicerías. San Miguel y el Conjunto Histórico. El cambio solo puede ser así.

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