El presidente del PP sorprendió con un mensaje apocalíptico: “La producción industrial ha caído en abril un 34% en interanual, el mayor desplome de la serie histórica. La automovilística cayó un 92%, lo nunca visto. Y la textil el 77%. Otra vez la mala gestión de la izquierda lleva a España a más paro, crisis y recesión”. No es posible hallar un dirigente internacional con una reflexión como esta, ocultando la situación de la pandemia, que ha llevado a los gobiernos y a la UE a estímulos multimillonarios, impensables sin la influencia del COVID-19. Si no ¿cómo iba a soportar la sociedad española que diga el Banco de España que el PIB iba a bajar entre el 9 y el 15%?
Casado ha cambiado el discurso, pero sigue siendo incomprensible. El radical es Sánchez, a secas, -para él nunca es el presidente Pedro Sánchez, porque el presidente, por antonomasia, es el presidente del PP, esto es, él mismo-. Aunque nadie se haya dado cuenta, ha manifestado que el PP ha tendido la mano al gobierno siempre. No dijo hacia dónde había dirigido la extremidad superior. Porque ha acusado al gobierno de mentir, de crispar, de provocar una fractura social y lo ha culpado de las muertes de las personas mayores. Han fallecido en la comunidad de Madrid, gobernada por su “alter ego” Díaz Ayuso, que, como se sabe, ha protegido a “la generación de nuestros mayores que tanto han dado por España”.
La reconstrucción se ha encomendado a una comisión parlamentaria porque el PP no acepta unos Pactos de la Moncloa, porque allí reside el presidente. No hay acuerdo para renovar los órganos constitucionales caducados ¿y lo va a haber para la reconstrucción de España?
Cuando se habla de reconstrucción el espejo es Alemania. Dividida, ocupada, sus ciudades bombardeadas, entre 6 y 8 millones de muertos y Alemania salió adelante. Tras las medidas de ajuste, la creación del Marco y el plan Marshall se embarcó en las exportaciones y la construcción de la economía social de mercado y el estado de bienestar. Ya tenemos el Euro, el Marshall europeo, no ha habido guerra y el carbón y el acero se tienen que sustituir por digitalización, medioambiente, investigación, salud y educación. Por lo que se ve, nos faltan alemanes y Ludwig Erhard…..y diálogo y consenso.
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