Hubo un tiempo en que se podía decir de ella el consabido “Ha nacido una estrella”, de la política naturalmente. Su triunfo en las elecciones autonómicas catalanas de diciembre de 2017 señaló un hito indiscutible. Mas de un millón de votos, algo mas del 25% y 37 escaños significaron su triunfo como candidata a la Generalitat. Abandonó el barco o, al menos, cambió de barco y se trasladó al parlamento nacional consiguiendo una renta de 57 escaños. La inaudita torpeza de su líder Rivera, el ahora abogado publicista del despacho que lo ha contratado para abrir mercado en la zona occidental de Andalucía, colocó a su partido en vía muerta. Ni en Cataluña ni en Madrid fueron útiles ninguno de los dos.
Ahora Inés Arrimadas acaba de lograr otro triunfo. Casi ha barrido a su oponente Igea en la elección que decidía la sustitución de Albert Rivera. El 77% frente al 22% es una ventaja considerable. Parecía una victoria cantada y así ha sucedido. Como la política es incesante los primeros retos están muy cercanos. El 5 de abril los resultados vascos y gallegos marcarán las primeras noches amargas de un proyecto al que le costará ser reflotado. Ni juntos con el PP -en el País Vasco- ni solos - en Galicia- Ciudadanos obtendrá los salvavidas que necesita para levantar la moral a su bienintencionada tropa. Pero todo está por suceder.
El reto de Ciudadanos es ser un partido autónomo o un satélite de los populares. Si se analiza la campaña interna y las declaraciones y hechos recientes parece que todo está decidido en la línea de la segunda opción. Su poder institucional todavía hoy - vicepresidencias en Madrid, Andalucía, Murcia, Castilla-León - es mayor de lo que alcanzarían en nuevas elecciones porque su descenso comenzó en la repetición electoral de noviembre de 2019. El continuismo le ha ganado la partida sobradamente al cambio -siquiera suave- que pudiera significar dar cabida a corrientes liberales y socialdemócratas en su seno. El grupo de fundadores del partido que se fue cuando se impuso el veto que impidió la formación de gobierno y provocó la repetición electoral no podrá volver. No hay espacio. La voluntad de los afiliados ha respaldado a Arrimadas. Ella tiene todo el poder. A veces las derrotas electorales sirven para el cambio de rumbo, otras sigue cegando a los afectados. Es el caso.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es