No le será fácil al gobierno conseguir la duración que ha pregonado: 1400 días. Cuatro años (350 x 4 = 1400) se antoja complicado, aunque no imposible. Es evidente que aunque el gobierno quiera desvincular la cuestión catalana de los presupuestos generales del Estado se hallan indisolublemente unidos.
La mayoría conseguida por Pedro Sánchez en la investidura otorga algunas certezas. La primera - y más relevante - es que no hay mayoría alternativa a la formada por el gobierno. Por tanto no hay posibilidades de caída del gobierno por moción de censura en ningún caso. Ello explica la táctica política de la oposición de buscar el escándalo por el escándalo. Saben que tienen que “incendiar” los medios de comunicación y crear “temas candentes” en el parlamento, porque si la situación se tranquiliza el gobierno se puede consolidar.
Pero la oposición tiene el otro ojo puesto en Cataluña, que ya ha entrado en proceso electoral, en modo aplazado, por decisión de Quim Torra tras aprobar la mesa del parlamento catalán la propuesta judicial y electoral de desposeerlo de su acta de diputado. Quería la inmolación de todos los diputados independentistas - y especialmente del presidente del parlamento, Roger Torrent - y la jugada no le ha salido. El titubeo y la rectificación del gobierno en la visita a Torra y en poner en marcha la mesa de negociación con el gobierno catalán han explicado mejor que mil palabras que los presupuestos están ligados a la marcha de las negociaciones con Esquerra Republicana. Es ta es la segunda certeza.
Los primeros pasos - subida de pensiones, del salario mínimo y de los funcionarios públicos- han sido bien recibidos por la opinión y se nota en las encuestas. Ayer, el Rey puso en marcha, en modo solemne y cargada de buenas intenciones, la XIV Legislatura. Incluyó una inusual y expresa felicitación a Pedro Sánchez. Hubo las ausencias de los partidos que unen la jefatura del Estado al franquismo, a pesar de la exhumación del Valle de los Caídos. El temor de una legislatura corta - tras la anomalía de dos de menos de 200 días - no existe a día de hoy. Pero si no se aprobasen los presupuestos las tornas cambiarían. Se entrecruzan el nuevo gobierno catalán que se formará tras las elecciones y dicha aprobación. Si se aprobaran las cuentas públicas los 1400 días estarán más cerca de poder cumplirse.
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