El nuevo gobierno andaluz - el gobierno del cambio, que se nota poco- tiene fundamentalmente la característica de pretender hundir a su oposición - tocada todavía por la derrota tras 37 años en el poder y la improbabilidad de un cambio que creía posible -. Pero como los dos partidos de la oposición, PSOE y Unidas Podemos, además gobiernan en Madrid -ni capital, ni Comunidad- sino en lo que siempre ha sido Madrid, el gobierno de Madrid, el gobierno del Estado, el gobierno de España, con más ganas atacan a la oposición y a Madrid, porque ya son la misma cosa. Todo el gobierno andaluz contra Madrid y especialmente contra la ministra de Hacienda andaluza, Maria Jesus Montero. Los objetivos son el Madrid que está en Andalucía - PSOE de Andalucía y Adelante Andalucía - y el Madrid de España, el gobierno de la Nación.
La derecha andaluza sólo reconoce ahora tres sitios en Madrid: La plaza de Colón, Cibeles con su multimillonario ayuntamiento y la Comunidad, en la antigua fábrica de tortas, torturas y asesinatos, la Puerta del Sol, la mal recordada Dirección General de Seguridad. Pero Madrid tiene la presidencia del Gobierno y más ministerios que nunca.
Ayer comenzó en el Parlamento la conmemoración del Primer Año Jubilar, en la antesala del 28 de febrero, en su cuarenta aniversario, fecha en la que el gobierno bipartito no contará con el acuerdo del socio Vox porque su idea es eliminar no sólo esa fiesta sino el propio Estado de las Autonomías. Recibió Vox el mazazo en forma de contundente apoyo a la lucha contra la violencia de género. El presidente de la Junta cree haber recuperado liderazgo en inversión extrajera, creación de empleo, crecimiento económico, en autónomos y en confianza. Solo hay optimismo -dijo- en Andalucia y en otra desconocida autonomía. No es cierto. En el IÌndice de Confianza Empresarial Armonizado,Aragón, Extremadura Canarias, Madrid y País Vasco adelantan a Andalucía, que se haya igualada a Cataluña y Murcia. Al panorama idílico presentado, un parado andaluz -uno de los 800.000- dirá que se muere de tanto mejorar.
La Cámara no había tenido la oportunidad de debatir sobre el nuevo gobierno andaluz. Ante cualquier discriminación amenazó con la contundencia de un gobierno que hablará en andaluz y que abre delegación en Cataluña para vigilar lo que allí sucede, con la excusa de los emigrantes de origen andaluz.
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