Ya anda cerca la fecha del desfile del 12 de octubre. Ya están apostados allí, en la Castellana, los que abuchearán a cualquier presidente del gobierno -por supuesto, si es socialista- que acuda a acompañar en la presidencia al Rey y su familia. Bien harían en ver el vídeo del impresionante desfile del 70 aniversario de la República Popular de China. Setenta carrozas, setenta batallones, setenta misiles, setenta aviones haciendo un setenta en el cielo de Pekín, setenta retratos de Mao y Xi Jiping, setenta mil desfilando, muchos setentas en los enormes carteles que acompañaban a pescadores, científicos, minorías étnicas, marinos, fuerzas de todo tipo. de un ejercito “sui géneris” porque es la rama militar del partido comunista chino.
Los abucheadores no han visto ese desfile en la cadena televisiva china -Televisión Central de China ( CCTV ) - que emite para el mundo -España incluida-. Si lo vieran se irían a su casa deprimidos. No hay elementos comparables. La cabra de la legión no es nada para la inmensidad de esos desfiles que sólo Rusia, Corea del Norte y China saben y pueden hacer. Los ensayaba también - con con su estilo de mover multitudes enfervorizadas para implantar un Reich que duraría un milenio, Adolf Hitler. Las concentraciones de Educación y Descanso y las Demostraciones Sindicales del Régimen en el Bernabéu no son ni parecidas porque eran en un recinto cerrado. En todas esas manifestaciones lo curioso es que son como las inauguraciones de los Juegos Olímpicos: todo el mundo sonríe y es feliz. O sea, todo es mentira, salvo una tierna y emotiva melodía cantada por niños chinos, similar a la canción galesa entonada en El Imperio del Sol, de Steven Spielberg y que conmovió al mundo entero.
La Cina è vicina (China está cerca) era una película premonitoria del italiano Marco Bellocchio que sólo por el título merece repensar. eran los tiempos del maoismo. No es que China sea nuestra vecina, es que está ya aquí. Así lo expresa ya el Real Instituto Elcano, dedicado a las relaciones internacionales desde Se ha convertido en la gran fábrica del mundo. Nos llegan , en general, los productos para los que tienen menos, pero ya fabrican elementos tecnológicos que es lo que ha hecho temblar a Donald Trump y ha declarado la guerra comercial que traerá - entre otros factores- una cercana recesión, salvo que se cambien los factores.
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