El gobierno andaluz quiere convertirse en una macro diputación. Si no, no se explica la intervención del consejero de Presidencia, Administración Pública e Interior de la Junta de Andalucía cuando, sin inmutarse, comunica lo que sigue: “Andalucía necesita menos leyes. ¡Ojalá el balance normativo de este Gobierno del cambio sea cero!”. “Ojalá no aprobemos ninguna y podamos eliminar más leyes que las que hemos creado”. “Vamos a hacer otro plan, uno para eliminar normas en Andalucía”.
¿Para qué el Parlamento de Andalucía? ¿Volvemos a la mancomunidad de diputaciones andaluzas? ¿Suspendemos la legislación en el parlamento andaluz? Creo que se imponen varias recomendaciones para la triada de dirigentes que comanda la Junta de Andalucía - Moreno Bonilla, Elías Bendodo y Juan Marín- .
En primer lugar una visita a D. Manuel Clavero Arévalo y a D. Rafael Escuredo Rodríguez para que les relaten la historia reciente de la autonomía de Andalucía. Segundo, que acudan a la Fundación Blas Infante creada el día 21 de enero de 1983 y se entrevisten con su patronato. Tercero, que hagan lo propio en el Centro de Estudios Andaluces y, en el Museo de la Autonomía de Andalucía, se reúnan con el Patronato y tengan una discusión abierta con sus miembros sobre esta original iniciativa.
Cuarto, que relean los Documentos para la Historia de Andalucía que editó la Comisión Coordinadora de las Diputaciones Andaluzas en 1978 que se iniciaba con la frase que gustará a los tres socios de este insólito gobierno de tapadillo: “La Unidad de la Patria, es feliz logro histórico irrenunciable….La provincia...ha calado en el pueblo… pretendemos el desarrollo de Andalucía como un conjunto de sus ocho provincias en igualdad de rango”.
Quinto, que propongan al Parlamento de Andalucía la disolución del parlamento para volver a la creación de un Ente Regional para Andalucía como pidieron los presidentes de las diputaciones en 1976 y parar ahí el desarrollo estatutario regional. La invención de las provincias, de Burgueño.
La disparatada propuesta del gobierno andaluz es fruto de la necesidad y se quiere presentar como un logro. Austeridad administrativa, austeridad parlamentaria, austeridad legislativa, austeridad en la trasparencia de los pactos es sinónimo de imposibilidad de los socios de gobierno para presentar un programa de gobierno mínimamente presentable a los ojos de los nuevos andaluces, porque han pactado con lo más retardatario y retrógrado de este país.
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