Han pasado 15 años del mayor atentado terrorista de la historia de España y sigue la impostura ante el dolor inmenso de las víctimas de ese “Infierno terrorista en Madrid” como tituló la prensa aquel día. “Cuatro días que cambiaron España” titularon otros porque en aquel horrible atentado presentó sus credenciales y su cara más repugnante el terrorismo yihadista. Los odiados atentados de ETA cedieron el paso a esta masacre de Atocha y los trenes de cercanías de Madrid que se llevaron por delante casi dos centenares de familias rotas y más de un millar y medio de afectados con heridas en todos sus cuerpos por la locura terrorista más descarnada.
Millones de españoles salieron a la calle. Las lágrimas llenaron España, la solidaridad inmensa de lo mejor que tiene España –su pueblo – inundó los hospitales, los andenes y las calles de todo el país. Once millones de personas ocuparon pacíficamente todas las ciudades y pueblos de España y no se produjo un solo incidente xenófobo en ningún rincón de España. Al tiempo, el estupor por la actitud de un gobierno, que no solamente no estuvo a la altura exigida sino que trató de cambiar la verdad de los atentados, se adueñó de la gente. El gobierno cayó en las urnas a los pocos días pero la patraña siguió y quince años más tarde -a pesar de que se celebraron tanto una comisión parlamentaria de investigación como un juicio seguido con la misma atención que el actual del referéndum del uno de octubre- la mentira quiere de nuevo abrirse paso.
Los patrocinadores de la mentira no tienen credibilidad alguna. El mendaz comisario Villarejo –al que el ministro Grande-Marlaska llama conspirador ayer mismo- y la representante de Vox, Monasterio, hablan de la culpa de Marruecos y Francia y de un “pacto para engañar a todos”, sin más datos que las especulaciones de Aznar sobre que los autores no se hallaban “ni en desiertos remotos ni en montañas lejanas". No, estaban en Madrid pero eran no de ETA sino de Al-Quaeda. Sánchez Manzano, comisario y jefe de desactivación de explosivos descartaba con absoluta certeza la autoría de ETA y así lo comunicó a las 15.00 del mismo 11 de marzo a las autoridades. No sirvió de nada. La mentira siguió adelante. Hasta hoy. Todo porque “Si ha sido ETA barremos, pero si son los yihadistas ganará el PSOE”.
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