El destino o la astucia han decidido que el día 2 de diciembre haya elecciones andaluzas y los días 11 y 12 dos debates, respectivamente, en el parlamento español y en el británico. En España es un debate sobre la reciente cumbre europea y en el Reino Unido es el mismo debate pero con una trascendencia europea, porque se tratará de si se ratifica el acuerdo entre el Reino Unido y la Unión Europea.
Los resultados de ambos hechos políticos tendrán importantes consecuencias en la política española. Las elecciones andaluzas se han convertido en un barómetro sobre la salud del Partido Socialista tras 36 años de gobierno continuado, sobre la pujanza real o de espejismo de la fusión entre Unidos Podemos e Izquierda Unida con la denominación de Adelante Andalucía, sobre la capacidad de Ciudadanos de sustituir al Partido Popular en la representación del centro-derecha (cada vez más derecha y menos centro) y, finalmente, por la capacidad de la extrema derecha de Vox por entrar en el primer parlamento en el que tendría representación.
Las elecciones andaluzas –por la población, por la cantidad de diputados que elige para el Congreso de los Diputados, por ser la primera prueba de fuego tras la moción de censura…- tienen dificultades de quedarse como un departamento estanco aislado del resto del debate del país. Así lo han entendido todos los partidos de la oposición nacional de derechas –parlamentaria y extraparlamentaria- pero menos los partidos de izquierda, más interesados en presentar a los andaluces su programa social – realizado o presentado para el futuro -. Los partidos de derechas hablan de Cataluña como el centro del debate andaluz como si no hubiera asuntos a tratar nada más que el independentismo de la mitad de Cataluña. Ya el debate sobre la matanza de corderos en casa y la ablación en Andalucía que plantea Casado le prepara a Vox el camino con alfombra roja.
El 11 y el 12, en dos escenarios distantes, habrá dos debates distintos. En España se hará el habitual ajuste de cuentas en el Congreso –independientemente de la verdad de los hechos- y en la Cámara de los Comunes decidirán, por la mínima en cualquiera de los casos, la ratificación o no de los acuerdos logrados en Bruselas.
Entre el 2 y el 12 se decidirá la suerte de las próximas elecciones generales.
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