Parece mentira pero, dentro de la inestabilidad general que se ha apoderado de la vida política nacional y andaluza, hay algunas cosas seguras. La primera y principal es que ,con absoluta seguridad, Juan Manuel Moreno Bonilla, candidato del PP, será tras las elecciones andaluzas senador por la Comunidad Autónoma. Desde los resultados obtenidos por Javier Arenas - 40,66% de porcentaje electoral y 50 diputados - hasta los porcentajes medios del conjunto de los sondeos publicados, que sitúan a Moreno Bonilla en aproximadamente la mitad, lo avocarán a una salida de honor y rápida hacia funciones más altas y prestigiosas que lo alejen de la dirección del PP de Andalucía y de su grupo parlamentario en Andalucía.
Cuando llegue al Senado, Moreno Bonilla podrá abrazar a Javier Arenas que hoy ha reclamado a sus compañeros del grupo parlamentario un cerrado aplauso para el portavoz Ignacio Cosidó. Los aplausos pedidos tienen su fundamento. Cosidó era el director de la Policía cuando se puso en marcha la operación rescate de las anotaciones de Bárcenas a su mujer, entre las que estaba ésta: “Detalles de cómo son las entregas sobre todo a Mariano, Cascos, Javier, Rato y Jaime Mayor”. También de Soraya y de Cospedal. La crema de la crema. Así pues, el agradecimiento a Cosidó por destinar 80 agentes a este vergonzoso trabajo merece no sólo un aplauso cerrado sino una medalla. Los salvó de la quema. Agentes condecorados al mérito policial aunque su operativo era extrajudicial y amparado bajo el paraguas de la lucha antiterrorista. La sustracción y la destrucción de pruebas por parte de la policía merecen una recompensa. El mundo al revés.
También podrá dialogar con el portavoz del PP, el mismo Cosidó, el que escribió sobre el Poder Judicial eso de "obtenemos lo mismo numéricamente, pero ponemos un Presidente excepcional,… un gran jurista con una capacidad de liderazgo y auctoritas para que las votaciones no sean 11-10 sino próximas al 21-0. Y además controlando la sala segunda desde detrás…y presidiendo la sala 61", que ha ocasionado la dimisión de Marchena, que se verá, además de dimitido, recusado ante el proceso quizá más decisivo que ha conocido el Tribunal Supremo, el de los independentistas catalanes.
En un país donde a la Virgen del Pilar se le pone un manto de la Falange Española y de las JONS puede pasar todo eso y más.
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