Cuando el Rey Juan Carlos I,en enero de 2012, impuso el Collar y la insignia de la Orden del Toisón de Oro, heredera del mítico vellocino de oro, orden de caballería creada en 1430 por Felipe el Bueno, duque de Borgoña, a Nicolas Sarkozy en el Palacio de Oriente tuvo el acompañamiento de cuatro presidentes del Gobierno de España, a saber Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y el que estaba en el ejercicio, Mariano Rajoy Brey. ETA ya había anunciado el fin de su lucha armada el 20 de octubre de 2011 aunque su disolución se produjo con una “Declaración final de ETA al pueblo vasco”, en mayo de 2018. En medio, 854 asesinados, 79 secuestrados, 12 de ellos asesinados, y 6.389 heridos. Aún deben esclarecerse, según Interior, unos 300 casos.
Ayer, en el palacio de la Moncloa se produjo un acto de enorme importancia, en la estela del anterior. El primer ministro de Francia, ÉdouardPhilippe, ha acudido a entregar un sobre lacrado judicial al gobierno español en la persona de su presidente, Pedro Sánchez, unos siete mil documentos intervenidos a ETA en territorio francés, con el objetivo de memoria y de contribuir a esclarecer todos los casos pendientes en el historial de la banda. En febrero, con Rajoy al frente del gobierno, los franceses remitieron al gobierno español armas empleadas en atentados o incautadas a ETA por la gendarmería francesa y otro material como registro de huellas y elementos de identificación que las fuerzas policiales españolas manejan para posibles causas en los tribunales.
La sorpresa se produce cuando Aznar y Rajoy desisten de asistir al acto de ayer. ¿Por qué? Se puede imaginar -dado que nada dijeron públicamente- que por motivos políticos de fondo: No dar un logro al gobierno de Sánchez, en presencia del primer ministro francés, del lendakari Urkullu, de las asociaciones de víctimas del terrorismo y de las magistradas francesas que recibirán la encomienda de la Orden de Isabel la Católica, Laurence Le Verty HélèneDavo. Una en París y otra en España eran las encargadas de mantener bien engrasado el lazo de unión entre ambos sistemas judiciales en momentos extraordinariamente difíciles.
Un poco de esfuerzo, por España, por las víctimas, por los ciudadanos, por la imagen internacional de España podían haber hecho Rajoy y Aznar. Ha sido superior a sus fuerzas. Tanto partidismo es innoble.
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