Cuando se discute sobre si las cosas son opinables u objetivas se suele traer a colación una frase famosa de Georges Clemenceau –primer ministro francés a principios del siglo XX- que expresó cuando le pidieron que especulase sobre qué dirían los futuros historiadores sobre la Primera Guerra Mundial. Clemenceau fue terminante: “Desde luego, no dirán que Bélgica invadió Alemania”.Tampoco dirán los historiadores andaluces que el PP se volcó con Andalucía cada vez que tuvo ocasión. Como no ha gobernado en Andalucía, la oportunidad la ha tenido el partido conservador cuando ha gobernado en España. Su mayor acercamiento y simpatía a esta tierra tuvo lugar cuando Manuel Pimentel y Amalia Gómez estaban en el puesto de mando del ministerio de Trabajo, pero esa historia acabó mal.La percepción general ha sido siempre que la mayoría de los andaluces no identifican a ese partido como el preferido por los andaluces, por el desapego a sus intereses.
Los Presupuestos Generales del Estado están motivando una vuelta al tapete de la situación. Los diputados populares y los portavoces del gobierno manifiestan “urbi et orbi” que son los mejores en mucho tiempo y que los beneficios para pensionistas, trabajadores, viudas, funcionarios y lo que se quiera añadir son inmejorables. Pero enfrente hay un discurso de mayor credibilidad –por su cercanía a los hechos- que protagoniza la Junta y su presidenta: “La media nacional de inversión por habitante es de 217,6 euros, mientras que para cada andaluz será de 176,2”, “De las siete provincias españolas con menos inversión, cuatro son andaluzas, Sevilla, Córdoba, Málaga y Almería, la cual es la última de toda España” o “Este presupuesto es un atropello a Andalucía que viene tarde y mal y supone un agravio evidente", sin hablar del “catastrazo” que Montoro ha introducido en el presupuesto de matute.
El cambio obligado de papeles lo tiene Ciudadanos. Debe defender en Andalucía unos presupuestos en los que no cree y los apoya por obediencia debida, dado que conviene a Rivera para poder atacar a los nacionalistas y al PSOE de paso. Son nuevos síntomas de distanciamiento tanto en Madrid como en Sevilla que llevarán a las próximas elecciones andaluzas. Tan pronto se pueda encontrar el argumentario completo del adelanto electoral. Los EREs no dan susto y el avance de Ciudadanos se va a ver comprometido por su apoyo a Rajoy y Cifuentes. ¡Lagarto, lagarto!
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