La tribuna de El Puerto

Caín y Abel eran españoles

Hombre, un cacerolazo tal vez no… pero un toque de atención, si que daba yo a alguno a ver si entraba en razón

Publicado: 15/05/2020 ·
11:42
· Actualizado: 15/05/2020 · 11:42
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Viva El Puerto

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Alejandro Merello

Si echamos un vistazo atrás, a nuestra historia, veremos que estar bien avenidos no ha sido una de nuestras mejores cualidades.  Realmente, “Spain is different”. Ni siquiera cuando éramos un proyecto de nación, dejábamos de tirarnos los trastos a la cabeza. Siempre hemos tenido un motivo por el que enfrentarnos y si no lo hay, nos lo inventamos. Sí, somos diferentes, porque si a los chinos les da por crear un virus para mantener a la población controlada y que no saque los pies del tiesto; a nosotros nos da por sacar medidas a última hora para calentar el ambiente

¡Si hasta lo de marcar en el minuto noventa nos vale, para fastidiar más al contrario!, ¡a pesar de habernos comido hasta las uñas de los pies por la incertidumbre durante los primeros ochenta y nueve! No, no es que dé credibilidad a los que opinan que el COVID-19 fue creado con intención, pero sí que he mantenido que aquí somos expertos en auto lesionarnos ¡Y detrás de las uñas, vienen los dedos! Fueron pocas las ocasiones en las que recuerde que hemos estado unidos como pueblo.  

Pasaré de puntillas sobre los primeros recuerdos que tengo en ese sentido, pues mi visión de aquella época carecía de la experiencia que acumulo hoy en día. Tras aquellos, los demás sentimientos de conjunto me los ha brindado el deporte: de manera colectiva, las olimpiadas del 92 o el mundial de fútbol y de manera individual, deportistas como Rafael Nadal o Fernando Alonso.

Parecía que esta pandemia nos uniría como nación, parecía que los balcones serían las vertebras de unión para mantenernos firmes… pero hemos acabado diferenciándolos entre los que aplauden y los que se manifiestan. Si es que hemos pasado de la incertidumbre a la indignación, del aplauso a la cacerola… Hombre, un cacerolazo tal vez no… pero un toque de atención, si que daba yo a alguno, a ver si así entraba en razón.

Tal vez de ese modo pudiera explicarme por que no puedo salir a pasear con mi mujer y mis dos hijos, pero si que puedo ir con todos ellos a tomar una cerveza a una terraza…

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