Don Diego Valle Serrano, reverendo
Queridos cofrades, este año la Cuaresma y la Semana Santa, serán completamente distintas. Viviremos la Cuaresma y los días Santos de la Semana Santa de forma diferente, la viviremos en lo interior de nuestro corazón.
Los días de Cuaresma que la Iglesia nos pone para nuestra Conversión interior, la palabra de Dios, que resuena en nuestros oídos y nuestros corazones, invitándonos a la Esperanza, a creer en un Cristo, que llora sangre en la noche de Getsemaní, condenado a muerte injustamente, que es llevado al patíbulo de la Cruz, que en la Cruz es calumniado, se burlan de Él, “Si eres Hijo de Dios, bájate y creeremos en ti”. Que muere en la cruz, acompañado de su madre la Virgen María, el discípulo amado: Juan y algunas mujeres piadosas, que es sepultado, pero que al tercer día: RESUCITÓ.
Todo este recorrido lo haremos con Él, interiormente, en el corazón. Y espero que desde nuestras casas, sin posibilidad de verlo, tocarlo, rezarle en persona, cargarlo, dirigirlo, llevarle cirios, promesas, acompañarlo detrás de su paso y acciones de gracias por todo lo que en este año nos ha concedido. Nos ha de llevar en este tiempo en que la Pandemia del Coronavirus, nos está atenazando, a muchos llenándoles de: miedo, miedo a la enfermedad, a la muerte, dudas de la existencia y del AMOR DE DIOS.
A creer profundamente que un PADRE BUENO Y MISERICORDIOSO, nunca nos abandonará. Esta experiencia de la Pandemia, del confinamiento, y todo lo que ello conlleva: estar todo el día juntos, en familia (redescubriendo el valor que ésta experiencia nos concede), posiblemente de la pérdida de los trabajos, de la merma de nuestras economías domésticas, de la enfermedad y de la muerte. Nos tienen que ayudar a ser más fuertes en la Fe, a salir robustecidos en la Esperanza y en el AMOR DE DIOS.
Para que como Jesucristo en la Cruz, creer y decir: “PADRE EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPIRITU”. Y dejarnos conducir en la vida de cada día, por la seguridad del AMOR DE DIOS, ver en el otro a una persona débil que seguramente nos necesita, ver en los servicios sanitarios que se están dejando la vida literalmente por atender a los infectados por el Covid-19; a los voluntarios en tantas áreas de servicio, a las farmacias, a los transportistas que nos traen a los supermercados lo que necesitamos para nuestra subsistencia, a los trabajadores de los supermercados, a la Policía, Guardia Civil, ejército, protección civil, a los servicios de limpieza de nuestras localidades, etc...
Y todos ellos trabajando para que a nosotros no nos falte de nada, ¿no vemos en todo esto, la presencia de Dios, que cuida de sus hijos?, y que permite que todas éstas personas se estén dando la vida por nosotros? Hay que estar muy ciegos, para no ver detrás de todos éstos acontecimientos la Voluntad de Dios que es: “que todo hombre se salve y llegue al conocimiento del Amor de Dios, a través de su Hijo Jesucristo, muerto en la Cruz y Resucitado de la Muerte. Que la Virgen María (cada uno que le ponga su advocación), nos proteja ahora y siempre. Rezad por mí. Vuestro Párroco y amigo.
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