Al igual que con la Sagrada Familia de Barcelona, es posible que muchos portuenses crean que Pozos Dulces ya se queda así para siempre, una gran obra sin terminar y a la que nadie se le ha ocurrido, muchísimos años después, acabarla.
Otros habrá caído en el pesimismo de que habría que lamentarse para siempre con una entrada a la ciudad más propia de la Bosnia postconflicto que del municipio centro de la Bahía y cuna histórica del turismo gaditano.
Pero no, tras haber pasado el mandato anterior del socialista David de la Encina y sus socios de la izquierda, tras haber pasado los cuatro años sin ser capaces de hacer un aparcamiento, tras haberle hasta caducado la licencia, tras todo ese despropósito del que están pagando caro los portuenses y del que sus autores aún no han asumido culpa ni responsabilidad (todo lo contrario, han sido premiados por su partido por lo “bien” que lo han hecho), por fin el eterno boquete se va a convertir en el aparcamiento que tanto necesita el centro de El Puerto y en el parque que tanto necesita esta zona para el esparcimiento y disfrute.
El PSOE de El Puerto nunca supo argumentar su incoherencia constante con la construcción de los aparcamientos subterráneos e intentó silbar y sorber a la vez, cuestión por todos conocida resulta imposible. Y eso pasó, que ni resultó creíble, ni cumplió su palabra ni, a pesar de las tardías propagandas haciendo suyo el proyecto siquiera lo culminó.
Ahora, el Ayuntamiento que preside Germán Beardo ha puesto luz en todo este proyecto haciendo lo más importante y lo más urgente: desatascarlo y darle la licencia para que se puedan terminar las obras.
Porque consideraciones y opiniones aparte, lo único que es cien por cien seguro es que El Puerto no puede seguir con su principal entrada convertida en un boquete.
Es urgente terminar esta obra ya convertida en monumento al despropósito. Es urgente centrar todos los esfuerzos en que la empresa culmine el aparcamiento y adecente la superficie conforme a proyecto. Por el camino, se adaptará o no el sistema de gestión o quien lo gestionará pero el Ayuntamiento tenía que dar este paso aprobado por el Gobierno de Beardo.
Lo no concebible es que a David de la Encina se le caducara la licencia de obra y si ahora él o su portavoz pone pegas al proceso, que reflexione qué y cómo hizo con esta millonaria inversión, por qué estamos en este minuto y resultado y si, además de haber purgado sus culpas con la pérdida de la Alcaldía, no debería aún asumir mayores responsabilidades políticas.
Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es
