Educar para el futuro

Susto climático

Por muy ciertos que sean los datos disponibles todas las acciones no valen a la hora de convencer y mucho menos a la de prohibir

Publicado: 04/10/2019 ·
10:47
· Actualizado: 04/10/2019 · 10:47
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Autor

Antonio Monclova

Antonio Monclova es biólogo, doctor en prehistoria y paleontología, master en arqueología y patrimonio

Educar para el futuro

Análisis, crítica y reflexión sobre las necesidades pedagógicas de la sociedad para difundir el conocimiento y la cultura

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Espero que la alerta climática lanzada en estos días haya sido para incidir con más contundencia sobre la urgente necesidad de solucionar el problema del cambio climático, prefiero pensar que no se pretende hacerlo creando alarma e incertidumbre entre los ciudadanos. Pero como no podía ser de otra manera rápidamente muchos han visto la oportunidad de rentabilizar el asunto de diversas formas y como uno ya no está para creer en casualidades sospecho que la alerta climática ha terminado siendo una vuelta de tuerca más a la sociedad con el fin de que se implementen complejísimas y costosísimas políticas medioambientales. Y que quede claro que no me refiero solo al costo económico, pues sinceramente opino que en un momento dado todo gasto sería poco para salvar nuestro planeta y con él a nuestra especie. Hace dos semanas me pregunté aquí mismo si dejando de comer carne se podría frenar el cambio climático, una pregunta con trampa porque – seamos serios – el cambio climático no lo podemos frenar.

Lo que sí podemos hacer es mejorar las condiciones de nuestro entorno y con ello nuestra calidad de vida, no agravando más (si ello es posible) una situación que ya es mala. Para “luchar” contra el cambio climático proponen que en nuestra sociedad se adopten una serie de medidas y comportamientos, pero la utilidad de algunas de ellas y ellos no están claras del todo, a pesar de lo cual puede que terminen imponiéndolas e incluso llegando a perjudicar a muchos.

A este problema hay que añadir el hecho de que aunque nuestra sociedad adoptase esas acciones para paliar el cambio climático, las sociedades que más negativamente le afectan no lo harían. De todas formas siempre habrá quienes apelando al buenismo dirán que debemos ser responsables y empezar los primeros, que los demás ya se unirán, y claro los demás no lo harán.

Muchos pregonan que quienes opinan lo anterior niegan el cambio climático y – como señalé la semana pasada – los califican de negacionistas para quitarle valor a lo que dicen. Pues bien, que sepan esos voceros que el cambio climático si existe, pero que eso no quita que lo estén pretendiendo paliar de forma muy poco efectiva, manipulando informaciones y alarmando para así apelar a las emociones de las personas y hacerles creer que la humanidad es la principal responsable de lo que sucede con el clima para luego convencerles de que lo pueden arreglar.

Los que tanto se preocupan por concienciarnos para que luchemos contra el cambio climático lo que deberían hacer es diseñar acciones factibles y razonables para poder hacerlo sin destruir el nivel de vida de nuestra sociedad ni devolverla a la Edad de Piedra. Por muy ciertos que sean los datos disponibles todas las acciones no valen a la hora de convencer y mucho menos a la de prohibir, menos si algunos están sacando beneficio político o económico.

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