Es difícil aprobar un duro examen sólo estudiando en los últimos dos días. Es algo que todos tenemos interiorizados desde bien pequeños y no sé por qué Pedro Sánchez pensó que iba a aprobar este duro examen de la investidura buscando apoyos en los últimos dos días. Es bastante probable que, en realidad, no quisiera aprobarlo y así poder echarle las culpas al profesor y esa mítica “me tiene manía”.
Porque Pedro Sánchez ha pretendido en todo momento ser investido presidente por la gracia de Dios. Es cierto que ganó las elecciones y con bastante diferencia sobre el resto de fuerzas políticas, pero ha pretendido adhesiones gratuitas a su persona tras casi tres meses desde que se celebraron las elecciones del 28 de abril.
Qué parodia de investidura. Podemos se ha subido al monte y ha tensado la cuerda de forma absurda en un intento de ver quién la tiene más grande, planteando exigencias ciertamente inasumibles sobretodo teniendo en cuenta la fuerza de su formación política.
Pero es que el PSOE de Pedro Sánchez lleva meses, años, calificando a Podemos como socio preferente pero tengo la seguridad de que Pedro Sánchez no se atreve con incorporar a Podemos a su Gobierno. Ha tenido casi tres meses Sánchez para negociar los apoyos suficientes (más síes que noes) para ser investido presidente y no ha hecho absolutamente nada hasta esta última semana y, claro, no siempre las negociaciones exprés llegan a buen puerto y mucho menos si se tiene en mente, durante todo el tiempo, el cálculo electoral.
La izquierda de España ha demostrado, con sus hechos, no ser capaz de negociar ni llegar a acuerdos siquiera para Gobernar España. Si se han dicho y hecho esto, ¿cómo nos podemos fiar si en septiembre llegan a un acuerdo? El rey de España no debería hacer más rondas de consulta ni proponer más candidatos sino ordenar al presidente que disuelva las Cortes el primer día que sea posible.
Porque los ciudadanos no podemos sufrir este esperpéntico episodio porque nos afecta y mucho más allá de la imagen que como país estamos dando al resto del mundo.Iban a solucionar todos los problemas los que querían acabar con el bipartidismo y en menudo lío nos han metido. Qué bochorno de sesión de investidura.
Tanto el PSOE como Unidos Podemos deberían estar pidiendo perdón a los españoles por meternos en este callejón sin salida y en esta situación que nos pone al borde del abismo a los españoles, a los que cada mañana nos levantamos temprano para intentar sacar adelante nuestras familias.
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