Leocadia Benavente
Han pasado ya casi cuatro semanas desde las elecciones municipales, y los ciudadanos habrán agradecido que los partidos políticos hayan quedado en silencio después de las baterías de propuestas que recibían a modo de impactos electorales. Ya tenemos alcalde y concejales tras la toma de posesión del sábado pasado y los partidos están ahora en la constitución de los Grupos Municipales cuya fecha límite de solicitud es hoy viernes.
Que nadie se duerma si no quiere verse sin Grupo propio y en la lista de los concejales no adscritos. El mandato que se inicia se presenta interesante desde un punto de vista político.
Más grupos que en otros mandatos, y al igual que sucedió en los tres últimos años del anterior, con un Gobierno en minoría, obligado por tanto a relacionarse con el resto de grupos para sacar adelante las propuestas de gestión que se lleven a Pleno. Cuando se está en un equipo de gobierno, es como si se fuera en un barco.
Todos confían en todos, en el sentido de que se da por hecho que la gestión realizada es la mejor de las posibles. En ocasiones, en los Plenos al oír a la oposición es cuando se vislumbran los posibles errores cometidos o que las cosas se podrían haber hecho de un modo más sencillo o dando más participación.
Desde la oposición, al contrario se suele ser más crítico, porque las cosas parecen más fáciles desde fuera. En ese juego de convencer es en el que nos vamos a mover en este mandato.
Es importante que el equipo de Gobierno informe con tiempo de los expedientes para que la oposición pueda estudiarlos con tranquilidad y pueda informarse sobre cuestiones que los informes técnicos puedan señalar. Ya hemos visto cómo incluso abstenerse en un asunto municipal puede conllevar el regalo de una imputación judicial.
Estos días que han parecido vacaciones para los oídos de los ciudadanos llegan a su fin. Me temo que en cuanto estén formalmente constituidos los grupos, comenzará otra vez “el ruido”.
Los partidos volverán a hacer política, a las propuestas, a las notas de prensa y a las inevitables críticas a la labor de Gobierno. Es como el ciclo de la vida. El mandato anterior murió y ahora comienza uno nuevo, que esperemos traiga prosperidad a nuestra ciudad.
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