Educar para el futuro

La paradoja doctoral de los aseos públicos

Primero fue lo de que los hombres ocupamos más espacio que la mujeres en los transportes públicos y a muchos les hizo gracia (a mí no)

Publicado: 10/05/2019 ·
21:24
· Actualizado: 10/05/2019 · 21:25
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Autor

Antonio Monclova

Antonio Monclova es biólogo, doctor en prehistoria y paleontología, master en arqueología y patrimonio

Educar para el futuro

Análisis, crítica y reflexión sobre las necesidades pedagógicas de la sociedad para difundir el conocimiento y la cultura

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Primero fue lo de que los hombres ocupamos más espacio que la mujeres en los transportes públicos y a muchos les hizo gracia (a mí no). Ahora le toca su turno al tamaño de los aseos o urinarios en los espacios públicos, ya que al parecer son más grandes los de hombres que los de mujeres. Pero lo más curioso no es que esa supuesta diferencia de tamaños se atribuya al heteropatriarcado que discrimina a las mujeres, lo realmente llamativo es que esto forma parte de las conclusiones de una tesis doctoral de la Universidad de Granada.

La noticia me llego, como me llegan tantas, a través de Internet. Y como otras veces pensé que se trataba de ese tipo de información falsa que por lo general se difunde para crear polémica y molestar a determinados sectores. Pero no, resultó que era cierta, que una titulada en Bellas Artes de la citada Universidad ha realizado su tesis doctoral sobre un tema tan peculiar como el que he mencionado anteriormente.

El título de la tesis es “Aseos públicos y ficciones de sexo género: prácticas artísticas para el análisis y la transformación del discurso espacial” y no deja lugar a dudas de que pertenece a ese universo del discurso de género tan en boga en la sociedad actual y que como tal también se cobra su cuota de relevancia en las universidades.

La autora de la tesis declaró a la prensa (El Ideal de Granada) que su trabajo desvela las características y mecanismos por los cuales el espacio de los aseos públicos excluye a aquellas personas que no encajan en el sistema heteropatriarcal, cisexista y capacitista, señalando también que los aseos segregados dificultan el acceso y uso a algunas personas trans y a parte de las que se alejan de construcciones binarias de sexo-género.

Según esta reciente doctora la segregación de los aseos privilegia a los hombres al darles más espacio para orinar que a las mujeres y llegó al extremo de decir que si eres feminista deberías sospechar de los aseos segregados.

A este discurso absurdo y tendente a crear espacios de enfrentamiento yo añado que quizás el tipo de feministas a las que se refiere la autora de la tesis deberían perfeccionar sus sospechas y extenderlas a todo, no sea que por un momento de relajación se les cuelen dos o tres micromachismos peligrosísimos. Lo cierto es que, ironías a parte, esta competición a ver quién y porque está más oprimido empieza a resulta un poco cansina.

La universidad española arriesga tontamente su prestigio (ya bastante deteriorado) si da amparo a un modelo de investigación que dedica medios y personal a temas tales como el que trato aquí. Nada nos impide investigar en lo que queramos, pero creo que un doctorado es otra cosa y aunque sean necesarias más tesis para formar futuros investigadores, estas no pueden tratar temas estrafalarios que estafan al espíritu que debe presidir la formación universitaria.

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