Leocadia Benavente
Se ha hecho público que el Hermano Mayor de la Congregación de Mena de Málaga que procesionan con El Cristo de la Buena Muerte ha pedido a los políticos a que no acudan a visitarlo.
Es una parada habitual de los telediarios, y los políticos relevantes que acudan salen en el resumen de prensa seguro. Pero parece que no va a ser así este año, por expreso deseo de los representantes de los hermanos, aunque sí recibirán la visita institucional del Presidente de la Junta de Andalucía. Habrá quién piense que los políticos van a hacerse la foto delante de El Cristo y a que los vean, y más en año electoral.
Y seguramente, para muchos sea así. Es conocido que muchos políticos se declaran agnósticos o ateos, pero son los primeros en el banco de la Iglesia, e incluso se atreven a comulgar. Da pena verlos masticar la forma sagrada, desconocedores de que lo que están ingiriendo es el Cuerpo de Cristo.
La Ostia no se mastica. Si el pretendiente a la corona de Francia, Enrique de Borbón, dijo “París bien vale una Misa”, los de aquí no van a ser menos.
En todo ésto, y después de ver las imágenes en el telediario de las hermandades de Valladolid increpadas mientras procesionaban por un grupo de energúmenos que gritaban a favor de la república, mi opinión es que sea por la foto, por los votos o por lo que sea, es mejor que los políticos se pongan de parte de nuestra cultura, de nuestras tradiciones y de la religión mayoritaria de los españoles, y no en contra.
Algunos verán al verlo procesionar una bonita talla de madera, y para otros será una manifestación de Fe, y un momento de oración y recogimiento, pero es bueno que se comprometan con los valores de la mayoría. No hay derecho que los mismos de siempre vengan a faltar el respeto, a buscar las cosquillas, y a molestar.
A la izquierda se le están yendo las cosas de las manos, con comportamientos cada vez más radicalizados. Son incapaces de aceptar cualquier opinión o manifestación que no sea la suya propia, aunque luego acusen a los demás de ser intransigentes o retrógrados, fachas o machistas, o todas esas palabras que han dejado ya huecas de tanto mal usarlas. Como los dejemos, terminarán por prohibir a los españoles, ser como somos. Buena Semana Santa.
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