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Viernes de Dolores

En un abrir y cerrar de ojos estará en la calle la Cruz de Guía de La Borriquita; se respira ya clima de oración

Publicado: 12/04/2019 ·
13:24
· Actualizado: 12/04/2019 · 13:24
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Autor

José Antonio Vázquez

Periodista, analista político y especialista en comunicación institucional y corporativa. Secretario de la Asociación de la Prensa de Jerez

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Indivisa busca analizar la actualidad, fundamentalmente de El Puerto, desde la experiencia

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Avanzan las primeras horas de un nuevo Viernes de Dolores. Seguramente ya habrá colegios en los que se ha escenificado una pequeña dramatización de lo que supone la Semana Santa y ya se respira por múltiples rincones que apenas en un abrir y cerrar de ojos estará en la calle la Cruz de Guía de La Borriquita. Semana Santa que en El Puerto alcanza elevadas dosis de calidad y de espiritualidad a través de un Dios, con Poder Soberano para, incluso, hacer que los incrédulos se acerquen a él (y más con unas elecciones a la vuelta de la esquina).

Una Semana Santa que en El Puerto es Entrega de tantos y tantos portuenses que, todos los días del año, dejan su vida, su tiempo y su dinero en ayudar a los demás. Viernes de Dolores que nos prepara para escenas que retiran amarguras de los rostros de tantos portuenses que confían en una vida mejor y que ya acerca el consuelo de cuantos, con razón, se encuentran afligidos.  

Las calles de El Puerto serán, en horas, escenario de la Misericordia infinita de Jesús, ésa a la que se agarran creyentes y los que no lo son tantos. Hoy El Puerto, en este Viernes de Dolores, encubre con una nube de incienso el dolor de tantos vecinos por su pobreza, por su soledad, por su salud… y el sacrificio de muchos hombres y mujeres por que la Semana Santa brille y porque muchos de sus vecinos también puedan brillar.

Viernes de Dolores en el que, además de garbanzos con bacalao, se respira ya clima de oración por múltiples zonas de una ciudad que busca la gracia y la esperanza que otros le han quitado, aguardando con numantina humildad y paciencia el futuro que está por venir. Viernes de Dolores, la madre que cada madrugá busca a sus hijos que peor lo están pasando para abrigarlos con sus brazos y su manto y darles el cobijo que solo una madre sabe dar.

Dolores que muchos de nosotros sufrimos pero ninguno llega a ser como el de Ella que fue un Mayor Dolor que nunca antes se había conocido. Un Viernes de Dolores que es presagio de calles llenas, de bares completos, de muchas idas y venidas pero en el que sigue habiendo muchos portuenses que se encuentran en Soledad pero que ansían la Alegría de la Resurrección.

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