En los últimos días se ha generado en la localidad cierto revuelo con la decisión del consejo de administración de la empresa municipal IMPULSA, con los votos de PSOE y empresarios, de prohibir a las autocaravanas estacionar en el parking “La pasarela”. Recuerdo que siendo concejal de Fomento el delegado provincial de la PACA (Plataforma de Autocaravanas Autónomas) me solicitó que El Puerto contara con un área de servicio para este tipo de vehículos, que contara con el correspondiente punto limpio (para evacuación de aguas grises y negras) y tomas de agua y luz. Me entregó diversa documentación sobre las características técnicas de dichas instalaciones y sobre las pernoctaciones que se realizaban en otras áreas similares en la provincia. El estudio del tema veía como muy positiva la puesta en marcha del área de servicio, pues los autocaravanistas se caracterizan por ser un turismo no estacional y cuya presencia en la localidad podría reportar beneficios anuales cercanos al millón de euros (alimentación, gasolineras, talleres, bares…). Conocido el proyecto, se presentó en las dependencias municipales, sin solicitar cita, el directivo de un camping para indicarme todos los inconvenientes de la propuesta. Le señalé que la práctica no era incompatible con los servicios que se prestaban en los campings y que así ocurría en toda Europa. Contrariado por mi postura se marchó y creó que movió otros hilos. Así, varios días después otro miembro del equipo de gobierno, en este caso del PP, me comunicó que la asociación de campings de la provincia le había llamado para interesarse por el asunto y que, a raíz de ello, se había decidido que mi iniciativa no tendría el apoyo necesario. Y así quedó todo paralizado. Ahora el PSOE, en quien recae el gobierno municipal, da un paso más a favor de los intereses particulares de algunos y en contra del posible bien general al prohibir estacionar a estos vehículos en un parking municipal, en teoría de libre acceso. Desconozco las bases legales para dicha prohibición, pero las autocaravanas, como otro cualquier vehículo que paga sus impuestos, no puede tener unas limitaciones exclusivas para su estacionamiento. Lo que sí se puede impedir es que se convierta el aparcamiento en una acampada, con despliegue de toldos u ocupación de la vía pública con sillas, mesas y otros objetos. Pero indicar, como señala el PSOE que se prohíbe estacionar porque les resulta imposible comprobar si en realidad están acampando me parece, además de una dejación de las funciones de seguridad vial, una excusa sin fundamento ante una decisión sospechosamente interesada.
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