Las encuestas fueron favorables para el PSOE en el mes de junio. Y tras la moción de censura y las encuestas, la maquinaria socialista comenzó a parar el movimiento reivindicativo de las plataformas, comenzaron los desfiles del “orgullo socialista” con ministros en sus “carrozas oficiales”, los articulistas y periodistas amigos ya no se acuerdan de las necesidades andaluzas –incluidos los que recriminaban a los anteriores gobernantes los sufridos y obligados exilios laborales de amigos y familiares-, se pusieron a disposición del régimen las subvenciones para el campo más llamativas y con mayor repercusión laboral pero en modo estacional.
Para mayor gloria triunfal, la guinda del pastel se plantó creando expectativas con la fecha de los posibles comicios: 28 de octubre, la llegada del Mesías del puño y el capullo.
La alfombra roja ya está preparada. Efectivamente, esta semana apareció, para Andalucía, los pueblos y la humanidad, la presidenta de la Junta. Primero apareció en una visita oficial a Madrid. Quiso mostrar cómo manda, cómo exige, cómo defiende a su tierra y hasta fue capaz de recordar el continuado incumplimiento con el Estatuto Andaluz y, sin esfuerzo para su memoria, la Disposición adicional tercera del mismo.
Eso sí, con memoria selectiva, que olvidó que Rodríguez Zapatero fue el primero incumpliendo. Y allí en Madrid, apareció con el presidente del cambio y la regeneración, de las gafas de sol en interiores, del footing por los jardines de palacio y del avión para ir a conciertos. Todo en clave PSOE. Foto y declaraciones.
Ya luego, en casa, paseo por la tele “pública” andaluza, la nuestra, que es de ella. Y vendió la consecución de 500 millones para su tierra, de los que 150 serían a cuenta de las liquidaciones que le corresponden a Andalucía. 500 millones para fomentar políticas de empleo. Será o no, quién sabe. Un gobierno en minoría que muestra intenciones, pero será sólo eso, parte del muestrario socialista del postureo y de una campaña de humo, ya que buena parte de esos fondos serían fruto de la nueva estrategia de aumento del déficit público que no depende del Gobierno de Sánchez sino de que los partidos la aprueben en el Parlamento.
Marca PSOE, empeñados en el bipartidismo, ya están llamando traidor al PP por no apoyarles. Los millones llegarán o no, pero ya se ha jugado la carta, no hay mus, y habrá culpables. Venderán victimismo, venderán enemigos, venderán la imagen de la gran luchadora Sra. Díaz. Lo mismo que venimos viendo y sufriendo a lo largo de estos 37 años en Andalucía. Nuevamente, Andalucía usada. Andalucía, la “farsa monea”. ¡No aprendemos!
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