La Puntilla

Dimisiones

Una petición o exigencia de dimisión es algo muy habitual en la puesta en escena de la práctica política

Publicado: 13/07/2018 ·
08:07
· Actualizado: 13/07/2018 · 08:07
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Autor

Jesús González Beltrán

Jesús González es doctor en Historia. Catedrático de Historia Moderna en la Universidad de Cádiz

La Puntilla

La Puntilla es un análisis de la actualidad política, con especial referencia a El Puerto de Santa María

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Una petición o exigencia de dimisión es algo muy habitual en la puesta en escena de la práctica política. Una gestión sin resultados o errónea; el inicio de un procedimiento judicial; o una simple declaración fuera de tono y no políticamente correcta, llevan aparejadas, además de la correspondiente censura o crítica, un requerimiento para que el presunto infractor dimita y, por supuesto, de forma inmediata, no sea que con el tiempo se descubra que la acusación o falta no tenía fundamento.

A pesar de la reiteración e incluso la virulencia de las peticiones de dimisión, los instados suelen actuar como el que escucha llover y se encuentra a cubierto, obviando la exigencia y tratándola como una mera estrategia política de su oponente. Pero siendo una extrañeza el acto de que un político dimita, en la corporación actual de El Puerto se cuentan ya 10 dimisionarios y se espera alguno más para antes de que se pase de nuevo por las urnas el próximo mayo.

El equipo de gobierno de PSOE-IU ha sufrido la dimisión del 33% de sus miembros, mientras que en la oposición han dejado sus actas hasta el 50% de sus componentes, con especial incidencia en el PP. Lo normal, ya que nadie ha reconocido dimitir porque se lo pidieran sus oponentes, ha sido adornar la dimisión de la tradicional excusa de “por motivos personales”, a veces acompañada de la coletilla “por cuestiones laborales”. En algunos casos, los menos, este discurso responde a la verdad.

El caso de la concejala de Levantemos, a la que la normativa le impedía, por incompatibilidad, seguir con su cargo si quería desempeñar un trabajo en el ámbito municipal, es una muestra de ello. Pero casi siempre las dimisiones son reflejo de algo más.

En ocasiones ese “algo más” no se oculta, al contrario, se airea. Las tres últimas dimisiones en el PP fueron presentadas por sus actores como el resultado de un enfrentamiento interno en el seno de la formación. Fue su respuesta a una decisión de su organización que ellos no compartían.

En el caso de las tres dimisiones del equipo de gobierno, dos en el PSOE y una en IU, nunca han llegado a explicarse las verdaderas causas, ni siquiera se han apuntado en algún “boletín oficial”. La rumorología habla de desencuentros y críticas entre concejales del mismo partido; de enfrentamientos con técnicos municipales; y de reprobaciones a actuaciones equivocadas. Pero nunca lo sabremos, a pesar de que contamos con un equipo de gobierno que dice ser abanderado de la transparencia.

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