La película que está firmando tendrá un final en breve pero el suspense y las dudas no hacen sino acrecentarse con el paso del tiempo. La permanencia se hace esperar y habrá que aguardar hasta el último tramo para saber si el Recre Portuense saldrá indemne del envite en el que está envuelto, en una temporada que se le empieza a hacer eterna y a indigestar como pocas.
Lejos queda el objetivo prioritario de querer ascender en una realidad que puede convertirse como menos mala el salvar la categoría aunque sea faltando dos jornadas para que acabe un campeonato aciago y penoso como pocos. El equipo rojiblanco tiene dos balas aún en la recámara para liquidar cuanto antes su penar por la Liga, en la que se juega su futuro si es capaz de vencer en al menos uno de los dos partidos que todavía le restan para que acabe el ejercicio liguero.
El Recre sabe que las oportunidades para enmendar la situación es reducida y que no haber cerrado la permanencia anteriormente le hacen ahora jugársela todo a una carta. Bueno a dos, porque en el escenario peor que sería caer ante el CD Guadiaro este domingo aún tendría que ir a Chipiona a vencer ante el colista ya descendido y con siete derrotas seguidas en su haber. Todo una ruleta. El envite no es fácil porque el rival de este domingo será un equipo que viene de vencer en las últimas cinco jornadas y que no lo pondrá nada fácil a pesar de no jugarse ya nada más que mejorar la clasificación. El Recre se juega ser o no ser.
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