La tribuna de El Puerto

Predicar con el ejemplo

Alejandro Merello | Hace tiempo ya que vengo denunciando como mi formación política ha ido anteponiendo intereses personales y de partido al interés general

Publicado: 23/03/2018 ·
09:32
· Actualizado: 23/03/2018 · 09:34
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Autor

Viva El Puerto

La redacción de Viva El Puerto analiza el panorama social y político de la ciudad para que estés al tanto de todo

La tribuna de El Puerto

Una ventana de opinión abierta a la actualidad portuense. El análisis más acertado de lo que ocurre en la ciudad

VISITAR BLOG

Seguramente muchos de ustedes ya conocen que un grupo de concejales del Partido Popular dimos un paso al frente para denunciar una situación que no nos parecía acorde con lo que se le debe exigir a un partido político en pleno siglo XXI.

Es por ello que algunos de estos concejales hemos renunciado a nuestro acta de concejal. Hace tiempo ya que vengo denunciando como mi formación política ha ido poco a poco anteponiendo intereses personales y de partido al interés general.

He sido testigo de como esto se culmina con una maniobra perfectamente orquestada que coloca a Germán Beardo como presidente del partido y posteriormente como candidato.  Por experiencia personal y por una serie de acontecimientos vividos, he entendido que es mi responsabilidad, como parte activa del Partido, denunciarlo y así lo he hecho.

He denunciado de manera interna lo que a todas luces me parece una manera incorrecta de proceder, mientras en el seno del Comité se me argumentaba que en “este partido no hay democracia interna, siempre ha sido así y siempre será así” pero que, nos guste o no, hay que “anteponer esas siglas a las personas”.

No creo que haga falta añadir nada más. No es mi intención dañar a mi partido y mucho menos a mi ciudad, pero tampoco callaré ni apoyaré a un candidato en el que el que no deposito mi confianza. Es mi obligación mostrar mi discrepancia cuando me consta que el candidato nombrado no es el adecuado.

Hace prácticamente un año, exactamente el Jueves Santo del año pasado, denuncié personalmente ante la presidencia de honor de mi partido mi disconformidad con los “derroteros” que el Partido estaba tomando, y también ante la dirección local la mala práctica en la recogida de avales para un congreso cercano a aquellas fechas.

Hasta en tres ocasiones se nos ha invitado a proponer otro candidato.

Fíjense si hubiera sido fácil asegurarnos así nuestra continuidad. Pero en las tres ocasiones hemos declinado la invitación porque desde el primer momento y siempre, hemos dejado claro que en ninguna circunstancia íbamos a proponer a ninguno de nosotros. Sólo solicitábamos que el candidato fuera elegido con el beneplácito de las bases del partido.

Hay quien me pregunta si esto no es una maniobra para dar el salto a otra formación política. Mi ideología no ha cambiado y mi ideología sigue representada, mayoritariamente, por el Partido Popular.

Que yo sepa, mi partido sigue fiel a sus principios y, mientras siga fiel a ellos, yo seguiré fiel a él. Yo sigo siendo del PP, ahora habría que preguntarles a otros… Yo me voy a mi casa con la cabeza tan alta como cuando llegué. He obrado en conciencia y la tengo muy tranquila.

Aquí he descrito la verdad y no tendré ningún problema en defenderla públicamente ante quien quiera. Me voy de la política contando con más amigos que cuando llegué y eso es todo a lo que aspiro y lo que me llevo orgulloso de ella.

La política tiene dos vertientes: una de servicio público que he disfrutado ejerciendo, y una cara oscura que me hace abandonarla. Permítanme que me despida con un fragmento del preámbulo a los estatutos de mi partido que dice así: “Si pretendemos trasladar a los ciudadanos una determinada forma de entender la convivencia, deberemos ineludiblemente reflejar en nuestra propia organización esas ideas”. Es el clásico “predicar con el ejemplo”.

Envía tu noticia a: participa@andaluciainformacion.es

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN