Las instalaciones deportivas portuenses es un mal con el que parece no solucionarse nunca, a tenor del estado en el que se encuentran éstas. Por más que se señalen con el dedo y por más que las entidades y deportistas reclamen y reclamen, éstas, si llegan, tardan años en verse cumplidas por más promesas, proyectos y nuevos giros que se den.
Si la última en llegar -no sin polémica- ha sido el tapete sintético del campo de fútbol del campo interior de la Ciudad Deportiva Rafael Sánchez, en frente la estampa retrata a unas pistas, las atléticas, muestran con toda su crudeza la dejadez más absoluta con un piso levantado, carcomido, roto y deteriorado y a la vista de todos.
En él corren decenas de atletas todas las tardes en los diferentes clubes portuenses con más o menos suerte de no caer en los múltiples y vistosos socavones con los que se topan cada vez que deben entrenar diariamente.
Las pistas han sufrido un deterioro más que evidente y con la que se ha ido parcheando buenamente como se ha podido, no sin reclamaciones y quejas de los propios deportistas que ven que el tiempo pasa y poco o nada se avanza.
Al contrario, se deteriora aún más. El concierto de música celebrado recientemente ha servido también para ahondar todavía más todavía su deterioro.
De entre las voces afectadas se encuentra ahora la esperanza de que con la nueva concejal de Deportes, Ana María Arias, ex presidenta del Club de Atletismo Alcanatif, habrá un mejor futuro y una mejor respuesta por parte del Ayuntamiento portuense en el arreglo definitivo de las pistas. El tiempo nuevamente dará o quitará razones.
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