Los eternos detalles marcan con gestos más de lo que debiera ser la norma habitual de actuación. Los políticos, y más los que surgen de la mano del cambio, deben más que nadie predicar con el ejemplo. ¿Por qué a estos se les exige más?
Muy sencillo, ellos nos aleccionan continuamente de cómo hay que hacer política y cómo hay que hacer funcionar todo. Al Pepito Grillo también hay que obligarle a que cumplan con sus obligaciones y con sus cometidos y más cuando cobran del dinero de todos. La exigencia debe ser recíproca.
Y las lecciones deben ser correspondidas con los hechos. Las sugerencias tienen obligatoriamente que ser acompañadas de una actitud ejemplarizante. Y eso no siempre es así. No basta con recordarnos las bondades que estos ofrecen y lo rematadamente mal que los anteriores gobernantes lo hicieron. Hay un término medio y se llama responsabilidad política y ética. Nada más.
No es de recibo ni demasiado serio convocar un Pleno extraordinario de urgencia y que hasta tres concejales, los que tienen dedicación plena, no acudan a la cita.
No es justificable a no ser por causa mayor el no hacer acto de presencia. Se está convirtiendo en demasiado habitual en miembros del tripartito el no acudir cuando deben. Ha pasado en presentaciones, actos y demás eventos. Ejemplos hay ya muchos. Respeten y serán respetados.
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