Ya conocemos el final que tendrán los aparcamientos de las zonas costeras portuenses. Si bien el miércoles 1 de julio ya no tendrá vigencia al suprimirse la tasa número 40 -también conocida como la Zona Naranja-, el pagar por estacionar pasa a mejor vida, al menos de manera obligatoria.
Ayer conocíamos la medida que realizará el equipo de Gobierno para que el Plan de Ajuste no sea negativo y no descuadre las cuentas municipales ya de por sí ajustadas.
En dichos aparcamientos se instalarán unos paneles informativos donde se plasmarán que dichas bolsas son para un uso “público y gratuito”. Los aparcamientos pasarán a tener un uso más social y laboral.
Y es que será gestionado por desempleados de diferentes colectivos y su pago será voluntario. O sea, que al final tendrá un uso económico de una manera u otra. Distinto, pero también gravoso para el que se acerque a la playa.
La triple A continúa erigiéndose en determinante en detrimento de una fuente de ingreso real. La primera A es la del Ayuntamiento, hoy por hoy, la mayor empresa (pública) de El Puerto. Le sigue Afanas con su incansable y admirable trabajo social.
La tripleta la forma los aparcamientos, que se convierte en el encuentro y desencuentro de unos y otros. La Zona Naranja dice adiós, los subterráneos sigue siendo una patata caliente de difícil solución satisfactoria.
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