El Puerto

Lo que yo te diga... de la jornada de reflexión

Luis Miguel Morales VS Quique Pedregal.

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Luis Miguel Morales | Cuando oigo de la necesidad de tomarse toda una jornada entera para reflexionar en vísperas de unas elecciones, qué quieres que te diga querido Quique. Mi respuesta en forma de pregunta siempre es la misma, ¿Reflexionar el qué? ¿Para pensar el qué? ¿De qué? ¿De quién? ¿El programa? ¿En serio, qué programa? ¿Tú sí te has leído todos los programas para poder tomarte toda una jornada para valorar, pensar y decidir a quién votar?

Pero que tranquilo, eh, compañero, que si para votar en consecuencia hace falta reflexionar, se reflexiona. Faltaría más. Es como si el político nos trasladara la absoluta responsabilidad, ésa que algunos más de una vez y más de las permitidas se pasan más allá del arco del triunfo, para ejercer nuestro derecho al voto con cabeza. Sí, derecho, voto y cabeza, todo en una frase y hablando de política. Ver para creer. En fin.

¿Reflexionar nos hace mejor votante? Lo dudo y mucho. El voto está ya decidido, hace tiempo que lo está. Las maniobras en esta atípica campaña electoral ha resultado ser cuanto menos efectiva y clara. Reflexiono. Ahora sí. Los que esconden sus siglas (PP y PSOE) como queriendo no dañar su imagen localista a costa de lo que sus partidos a nivel nacional o andaluz no pueden.

O los que pretenden sumarse a la ola triunfal con Albert Rivera al frente y como pseudo alcaldable no sólo de El Puerto (Ciudadanos), sino de los más de 200 municipios andaluces que se presentan a las municipales. Molt bé.

Y también los que juegan en clave más localista y personalizando más al candidato que al partido para recuperar el terreno perdido (PA o UPyD). O también los nuevos, Levantemos El Puerto y Queremos, entre sus líderes y sus propuestas más antagónicas, austeras y más cercanas que nadie.

Para gustos colores, querido Quique. No me vas a convencer de que me tome mi jornada de reflexión. Ni mis creencias ni el Rocío me lo permiten.

Y hablando de colores. El otro día, un buen amigo me comentaba que un encuentro charla-debate-mitin de los que suelen aflorar en campaña electoral, probó in situ de esa nueva política callejera, sí de la ciudadana.

De la que tantos partidos abogan, ahora, de acercar a las personas y llevar su política a pie de calle, de acortar las distancias con el electorado para atraer al votante con políticas más cercanas. Nunca es tarde. O sea, a los que deben reflexionar.

La política no es de reflexión, es de concienciación. No hay que votar para que gane este o aquel partido, el único -no lo olvides querido Quique-, el que debe ganar el domingo es El Puerto. Reflexiona y dime, ahora, amigo.

Quique Pedregal | Verás, Luismi, ¿te has parado a reflexionar sobre lo que vamos a disfrutar todo un día entero, con sus veinticuatro horas, sin escuchar cantos de sirena, sin llenarnos los oídos de promesas regaladas, sin recibir mensajes de esa felicidad futura que está por llegar y que solo alcanzaremos si votamos al que ya está o al que está por llegar?

No seré yo el que te diga lo que tienes que hacer con tus reflexiones si ya has tenido la fortuna de saber quién es merecedor de la papeleta que, supongo, depositarás pasado mañana en la urna. Si has despejado las dudas, felicidades.

A mí me faltan jornadas de reflexión porque, en las mil cuatrocientas sesenta jornadas de reflexión (cuatro años) que he vivido, todavía no lo tengo claro del todo. Unos me gustan por esto, otros por aquello, los de un lado no me simpatizan, los del otro lado no terminan de agradarme…

Vamos, que tengo un diablillo en un hombro y un angelito en el otro -no necesariamente uno está a la izquierda y el otro a  la derecha-, que me dicen que… yo qué sé.

Espero, al menos, que la reflexión de mañana me sirva para discernir acerca de la democracia. ¿Es esta la democracia que queremos o que necesitamos? ¿Es necesario mantener la Ley D'Hont? ¿Por qué no vale igual el voto de una persona que de otra? ¿Por qué no se permiten las listas abiertas? ¿A qué le tienen miedo? ¿Qué armas tengo para quitar de en medio al que no ha cumplido con su programa? ¿De qué me sirve votar a tal o a cual si luego pactan “por el bien de todos”, por la “gobernabilidad”, por echar al que está…? 

Querido Luismi, hay más asuntos para reflexionar, como los programas electorales con propuestas nuevas pero repetidas –en las mayorías absolutas da tiempo de cambiar las cosas-, o las nuevas ideas –cuarenta o cincuenta plenos en una legislatura- que surgen del barbecho  hasta que se inicia la campaña.  Lo que sí tengo claro es que hay que pararse a reflexionar sobre el voto, auténtico garante de cómo se van a regir los destinos de los portuenses durante los próximos cuatro años. 

Que le pregunten a Susana Díaz si no viene bien reflexionar. Lo que yo te diga.

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