El alcalde portuense, Alfonso Candón y el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Diego Valderas, han acudido esta mañana al Monasterio de la Victoria, que se ha convertido, gracias al acto celebrado hoy, en lugar de la memoria histórica, sumándose así a los más de 100 que han pasado por este proceso en toda Andalucía.
Los dos dirigentes han estado acompañados por la concejal de Patrimonio Histórico, María Antonia Martínez; el director general de Memoria Democrática de la Junta, Luis Naranjo; Pilar Peruyera o Carmelo Ciria, miembros del Foro por la Memoria de El Puerto; Ignacio García, vicepresidente tercero del Parlamento andaluz, representantes a nivel local de los demás partidos políticos y cientos de representantes de los institutos portuenses, entre alumnos y profesores, entre otros.
Un acto en el que los presentes han llamado la atención de la satisfacción que supone que todos los partidos políticos, independientemente de su ideología, se hayan dado cita en el Monasterio de la Victoria, con la intención de que todos unidos puedan conseguir que los olvidados por la historia tengan su sitio.
El alcalde portuense destaca que “El Puerto y todos los que hemos nacido en otra etapa de la historia española creemos en la libertad, la justicia social y en los valores democráticos”, de ahí que entienda que “nosotros debemos ser los transmisores de los errores que se han cometido, en un pasado negro de la historia de España, para que dichos errores no se vuelvan a repetir”, entendiendo que también es importante que se inculquen valores a los alumnos y estudiantes, que son los hombres de futuro del mañana.
Por otro lado, se nombra “un convencido de la etapa democrática, y con este acto pretendemos honrar a quien trabajaron por esos valores, que se han ido perdiendo en la sociedad actual, como son el de la tolerancia, el respeto y la ética” y que rigen su trayectoria personal y política, afirma.
Diego Valderas indica que “hay que poner en valor y colocar a las víctimas como los protagonistas”, siendo el Monasterio de la Victoria “ejemplo duro de la represión y que hoy significamos”, rindiendo así “el merecido homenaje”.
Por otro lado, afirma que, desde las administraciones públicas, “tenemos que seguir en la lucha por conseguir que haya más democracia y una sociedad mejor en tiempos tan difíciles”. Además, el vicepresidente de la Junta considera que hay que conjugar pasado, presente y futuro y sobre todo “darnos la mano con quien necesita recuperar la dignidad y los que pretendemos una sociedad mejor”.
Pilar Peruyera, en nombre del Foro por la Memoria de El Puerto, confiesa que se trata de un día importante para la ciudad “porque se honra a las víctimas y a El Puerto”, poniendo el acento en los profesores que hoy han respaldado esta convocatoria y en los alumnos, que “son los testigos del mañana”.
Peruyera no ha querido olvidarse de Carmelo Ciria, otro miembro del Foro por la Memoria de El Puerto y fundador del mismo, “y al que conocí en abril de 2004, del que aprendí casi todo y con el que trabajo codo con codo. Sin él las víctimas no serían reconocidas con nombre y apellidos”. Finalmente, el director general de Memoria Democrática de la Junta muestra su satisfacción por la implicación mostrada por el Foro y la sociedad, así como a las instituciones públicas, lo que permite que se pueda avanzar.
Además, “saludo que el alcalde esté aquí porque la memoria no es de izquierdas ni de derechas, sino de los demócratas y todos debemos luchar por ella, para avanzar juntos”. Este acto ha servido para que todos los presentes hayan hecho hincapié en la necesidad de contar con los jóvenes en la tarea de mejorar la sociedad actual y hacer posible que no se repitan los errores ya cometidos.
Unos jóvenes que han podido pasar al interior del Monasterio de la Victoria una vez descubierta la placa y estrechar lazos con los familiares de las víctimas a las que hoy se ha rendido homenaje.
Historia del Monasterio de la Victoria
El Monasterio de la Victoria, o de Santa María de la Victoria, está considerado como el convento masculino más antiguo de la ciudad. Su construcción se inició, según consta en una inscripción en el mismo edificio, en el año de 1504.
La obra fue patrocinada por los duques de Medinaceli, señores jurisdiccionales de la población y se comenzó en tiempos del II duque, Juan. El edificio fue entregado a la recién creada orden de San Francisco de Paula, conocidos como los Mínimos de San Francisco, que se había instalado en El Puerto unos años antes bajo el amparo de la casa ducal.
Este monasterio de estilo gótico tardío, en la misma línea que otros edificios religiosos de la zona, se estuvo construyendo prácticamente a lo largo de todo el siglo XVI. Durante la Edad Moderna sufrió los efectos de la ocupación anglo-holandesa, del terremoto de 1755 y, ya en los inicios del siglo XIX de la ocupación francesa de la ciudad.
Tras la desamortización de los bienes eclesiásticos a mediados del siglo XIX pasó a manos del Estado hasta que finalmente se instaló en él la prisión central, función que ha desempeñado hasta 1980.
Cabe señalar que en el periodo de la guerra civil y durante el régimen franquista, en este lugar se encarcelaron a represaliados de la guerra civil, siendo el número de internos muy superior a la capacidad del recinto.
Actualmente está declarado Bien de Interés Cultural y es uno de los edificios más singulares y llamativos de El Puerto.