Andalucía

“Ser presidente de la CEJ es un honor, pero no una medalla”

Manuel Alfonso Torres González es elegido presidente por aclamación

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  • Asamblea de la CEJ -

Quiso ayer el nuevo presidente de la Confederación de Empresarios de Jaén, Manuel Alfonso Torres, después de agradecer el apoyo recibido y ser elegido por aclamación, que sus primeras palabras fueran para su padre, Rafael Torres, cuyo magisterio sobre el trabajo en las organizaciones empresariales dijo haberle sido de gran valor a la hora de asumir la gran responsabilidad que ayer se le encomendó. Tras la memoria de actividades presentada por el secretario general de la CEJ, Mario Azañón, y en presencia del secretario general de la CEA, Antonio Carrillo,  Manuel Alfonso Torres aludió a la humildad como seña de identidad y camino hacia el futuro.


“El trabajo no es el trámite preceptivo para alcanzar la nómina, sino el eje de una sociedad que aspira al bien común”, dijo tras recordar a la generación de su padre y al trabajo realizado durante años. Después se mostró certero a la hora de vislumbrar un futuro mejor. “La certeza de que saldremos adelante me lleva a plantear hoy la necesidad de trabajar con la vista en el futuro en lugar de hacerlo con una mirada de cercanías”, afirmó. Torres continuó su discurso con un mensaje optimista y comprometido, pero no exento de esfuerzo y sacrificio. “Hablo de cambiar el modo de afrontar la realidad. Si no nos gusta, habrá que enfrentarse a ella. Y tendremos que hacerlo con nuestras fuerzas, que no son pocas. Con nuestra valía, que es mucha. Lo que nos obliga a desterrar el fatalismo, esa seña de identidad postiza que de tanto llevarla encima la hemos convertido en una más de la familia”.


En ese sentido, recordó que Jaén “no debe ser el pupas de los territorios españoles”, aunque dejó claro no creer que los buenos tiempos estén a la vuelta de la esquina. Para finalizar, Manuel Alfonso Torres, recordó que el discurso lastimero no tiene cabida en la Confederación de Empresarios de Jaén. “Este no es tiempo de plañideras”, añadió, no sin antes, tal y como dijo, recuperar la idea de servicio que le inculcó su padre. “No estamos aquí más que para servir a la sociedad jienense. Ser presidente de la CEJ es un honor, pero no una medalla. No es una condecoración, sino un estímulo para trabajar por el bien común de esta provincia”.

Leonardo Cruz

“¿Cómo puedo estar seguro de ser yo la misma persona que la de hace diez años? Desde luego que no, y nuestra sociedad tampoco, ni nuestra economía, ni nuestras relaciones mercantiles, ni nuestra coexistencia en conseguir logros que mejoren nuestro entorno”. Leonardo Cruz Linde, presidente de la CEJ hasta ayer, quiso recordar su intervención el día de su toma de posesión, hace ocho años,  en un emotivo discurso de despedida. Cruz recordó esas palabras ya que nadie podía pensar en aquellos días de abril de 2005 que la situación económica de España cambiaría tanto. Y una vez más fue batallador y crítico en su alocución: “Crisis o estafa, ¿sustitución del poder político por el financiero? ¿Tras tanto tiempo de crisis está realmente justificado todo lo que se nos decía y se nos dice al respecto? ¿Por qué? Qué quieren que les diga, yo no me siento representado por Mario Draghi, ni por Merkel, ni por el FMI ni por Bruselas”.


Leonardo Cruz dijo que los empresarios aún no entienden que “tras tanto ajuste traumático, tanto patrimonio fagocitado por una u otra causa, sobre todo por haberlo puesto en garantía para operaciones de la empresa con resultado fallido, algunos, todavía, no se atreven o no pueden recortar gastos de unas administraciones mastodónticas, dimensionadas para una época pretérita”.


No obstante añadió que no compartía la desafección que se está generalizando hacia lo político, ya que toda generalización es injusta, sin embargo cree que no puede pasar a la historia esta etapa como la de un gran retroceso democrático y social.


Tras estas palabras analizó la memoria del año y se dirigió al nuevo presidente deseándole suerte en esta nueva andadura, para terminar recordando: “No me marcho, sigo trabajando, y estaré a lo que me pidáis, con el firme deseo de que la nueva etapa que comienza sea fructífera”.

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