Sin duda será el partido de la jornada. No hay otro que pueda reunir ni atesorar los mismos ingredientes de cara a un derbi tan especial y tan esperado, cómo lo han sido los últimos duelos disputados entre ambos equipos. Choque de gladiadores que tendrá su particular Coliseo romano en el José del Cuvillo, en un encuentro que aglutina suficientes motivos y elementos cómo para centralizar todos los sentidos, y grabarlo a fuego en la retina y evocar a esos recuerdos con sabor añejo.
Hay goles que marcan y sirven para el desahogo generalizado, cómo el que significó el punto conseguido, in extremis, el pasado 15 de abril y que supuso el empate a dos final.
El último enfrentamiento, con suspense hasta en el tiempo de descuento, llevó el júbilo a la grada al marcar en el 93’ Expósito, volviendo a recordar que para ganar un derbi no sólo hay que poner calidad, sin olvidar la motivación, las ganas y la garra, dado que resultan claves.
En los últimos enfrentamientos, los portuenses no pasaban, precisamente, por su mejor momento de forma y los apuros finales, marcaron la preparación de un choque, que a diferencia de los pretéritos, se ha cuidado hasta el mínimo detalle. Nada se ha dejado al azar.
La versión actual poco o nada tiene que ver con aquella. Nada. La historia en el presente curso es bien distinta y, por supuesto, la ocasión merece continuar con esa racha que se prolonga en el tiempo.
El Racing Portuense, que acumula siete jornadas sin perder, está cómodamente ubicado en la sexta posición en la tabla a dos puntos del cuarto clasificado, el Mairena, por lo que un triunfo los auparía a posiciones privilegiadas y acceder a los play off de ascenso.
Ante equipos con obligaciones y con objetivos bien marcados cómo el Algeciras, la presión cambia de Bahía y se la enfundan los algecireños, que deben asegurar su impoluta trayectoria (no pierden desde el 1 de septiembre), en esa segunda plaza a un punto del líder Coria, precisamente, próximo rival de los de Mere.
- 24 años sin perder
Al menos los números ya se han decantado favorablemente para los racinguistas, que acumulan 24 años sin perder ante el Algeciras en Valdelagrana.
El ambiente tan caldeado y nocivo de las dos últimas temporadas, ha bajado de intensidad y todo ello gracias a la cordura impuesta tanto por Mere cómo por Manolo Sanlúcar, tras la invitación a la deportividad y al máximo respeto entre ambas aficiones.
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