Kim León lleva casi toda su vida de payaso en el circo. Se ha dedicado a prepararse para poner cada día su espectáculo al servicio del disfrute de niños y pequeños. Quería ser director de orquesta y, aunque es músico y actor, las circunstancias le llevaron a ser payaso. Paco y María León son sus sobrinos. Ahora, junto a Sarita, hace felices a las personas.
Estamos buscando una casita por El Puerto, muy seguramente, o por Chiclana. Queremos acabar nuestros días de farándula por aquí.Kim, ¿qué te llevó a unirte al mundo del circo?
–Mi familia no viene del circo. Quien empezó en el circo fue mi padre a una edad algo tardía, con 50 años aproximadamente. Mi padre era actor y tenor cómico de zarzuela. Antes era delineante y perito industrial. Mi familia es de Sevilla. Somos familia de Paco León y María León. Yo soy el pequeño de tres hermanos, pero mi padre quiso, obviamente, que no nos dedicáramos al mundo del arte, que tuviéramos una carrera, unos estudios. Soy músico. Estudié también arte dramático, soy compositor, arreglista y mucho más, porque el payaso reúne muchas cosas más. Le dije a mi padre que yo también quería ser payaso y se enfadó conmigo. “Pero muchacho, ¿tú no querías ser director de orquesta? Que la vida del circo, del espectáculo, es dura. Pues bueno, allá tú, allá tú”. Y empecé a actuar con mi padre y mis hermanos en Budapest… desde 1983 y hasta hoy. Mi padre se jubiló y yo seguí con mis hermanos. Estuve 23 años de gira por todo el mundo: Serbia, Israel, Italia, Francia, Hungría, Noruega, Suecia... Por suerte hoy, después de 23 años, decidí llevar mi carrera un poco por mi cuenta. Al cabo de unos años, mi compañera, mi pareja, que es Sara, la conocí en un espectáculo en Italia. Es española. Era bailarina de clásico español y flamenco. ¿Por qué no pruebas con Sara, que es de familia de artistas? Su padre fue actor, un hermano también, sus hermanas bailarinas… y de Cádiz también. Así que decidí, como no está visto una mujer payasa, una mujer clown, pues empezar a actuar con ella. Y ya llevamos 12 años actuando los dos como pareja. Por suerte nos contrató hace dos años el circo Las Vegas.
Y desde 1983 en Budapest hasta hoy.
–Hago lo que más me gusta y encima me pagan. No se puede pedir más a una profesión. Nunca he dejado aparte mi verdadera profesión, que es músico y compositor, porque en mis actuaciones yo me compongo la música o arreglos y también compongo y hago arreglos para otras atracciones, otros compañeros artistas en todo el mundo. Y puede ser para un espectáculo de variedades, un show, un cabaret o un espectáculo de circo. Es que el concepto de circo aquí en España se cree el público que es exclusivamente para niños y es precisamente el único país que cree eso del circo. El circo es el único espectáculo que está enfocado para todos los públicos, todas las edades. Y bueno, hay directores de circo que tienen un concepto más enfocado hacia un público adulto y hay otros espectáculos que es un concepto más infantil. Pero el circo es para todas las edades y siempre ha sido. Cuando es más infantil, pues son espectáculos un poco aburridos que hacen cantar mucho a los niños y aburrir mucho a los padres. Pero el circo en general es un espectáculo, como las atracciones que se ven hoy en día en todos los talent show. Da la casualidad de que, en todo esto, Got Talent y demás son atracciones que son amigos míos y hasta yo he compuesto alguna música para alguna atracción de estas.
¿Cómo te has preparado?
–Me preparé en el Conservatorio de Madrid, tengo la carrera de saxofón y clarinete, composición y arreglo. Estudié hasta canto, dirección de orquesta… He estudiado danza, expresión corporal, mimo con Marcel Marceau en Madrid y en París. Y he estudiado claqué. Danza española también. Como clown elaboro un guion, el vestuario, la música del acompañamiento, la compongo, la arreglo, la grabo, y siempre estás trabajando, muchas veces cuando no trabajas estás trabajando. El payaso se fija mucho en los gestos de la calle. Los andares, las reacciones. Me lo apunto y en un momento concreto puedo usarlo o no. Por ejemplo, tengo una forma de correr como payaso, simpática, cómica, que es viendo correr a un sobrino mío cuando era pequeñito. O sea, le copié a él como corría. También elaboramos textos. También hacemos sketches musicales, con instrumentos o instrumentos inventados por mí. Hay cosas que son más mímicas, hay cosas más visuales, pero la preparación nunca uno está acabado de aprender en este oficio. ¿Cuál es el número que te gusta más? –En este espectáculo del Circo Las Vegas hay varias atracciones que son llamativas. Entre ellas, por ejemplo, La Rueda de la Muerte, que es una chica alemana que tiene 22 años y se juega la vida. Hay un número de magia muy al estilo norteamericano de los shows que hay en los casinos en Las Vegas, también hay un malabarista muy joven, como Cristian Arriola, que tan solo con 15 años ya es un fenómeno en el mundo de malabares de rebote, es decir, en vez de hacia arriba, hacia abajo. Hay un número aéreo con unas coreografías estilo tango. Es un espectáculo enfocado para todos los públicos, para que no se aburra nadie y, además, dinámico. ¿Cómo empieza un día en el circo? –Nosotros tenemos la suerte de que vivimos cerca de donde trabajamos, es decir, tenemos nuestras caravanas. Durante el día tenemos una vida normal, como puede ser cualquiera. Cuando estás libre, vas a comprar con tu mujer o preparas… A lo mejor tu mujer está preparando la comida y tú el vestuario. Luego, lo que es la preparación en sí, hora y media antes de empezar el espectáculo afeitarme, maquillarme, vestirnos, limpiar los zapatos y demás, peinarnos... Antes nos tenemos que pegar nuestra nariz de látex, que obviamente diseñada por nosotros, está hecha de un molde que yo he creado, uno para Sara, otro para mí. Lo comparo con la hora de vestirse un torero. Pues más o menos eso tiene una liturgia y cada uno tiene sus pequeñas manías. En el caso de un acróbata o un malabarista antes de actuar necesita un calentamiento o un estar preparado y estar listo en caso de que haya un fallo. Tienes que estar listo por si hay un contratiempo. A un compañero le pasa algo, que no suele pasar, pero hay que estar listo por si pasa.
¿Cuáles son los desafíos que tienes que enfrentar todos los días?
-En el mundo del espectáculo los desafíos son constantes. No existe ningún artista que tenga una carrera fija a no ser que sea muy, muy, muy famoso. Siempre tienes que estar al pie del cañón y una gira la puedes tener muy programada con un espectáculo y, en cambio, tener algún contratiempo. A lo mejor una ciudad no viene el público deseado la empresa no está bien organizada y a lo mejor te pilla no en España, sino en Singapur, pero hay que estar preparado. Una de las carreras con menos seguridad del mundo son las carreras de los artistas. No tienen ninguna seguridad. Mismamente mi sobrino, tanto Paco como María han firmado un contrato de una película, pero no saben el resultado que va a tener esa película o una obra de teatroY a lo mejor tienes un contrato que acaba en tal fecha y luego no sabes cuándo vas a tener el siguiente o la propuesta que te ha hecho tu agente. Los artistas somos Quijotes, somos bohemios, pero sabemos los riesgos que tiene esta profesión. También tenemos la suerte de que el que se dedica de artista normalmente es porque ama la profesión. Es como el torero, como el pintor. Si estoy en mi casa significa que no tengo trabajo. Entonces me interesa estar cuanto más tiempo posible de gira. Tanto yo como cualquier artista. Si estás en casa es que estás en el paro. Yo, por ejemplo, la vez que más he estado en mi casa ha sido durante el COVID y tuve la gran suerte de que vine de Alemania. Me tenía que volver a Holanda, de gira a Hungría, de gira, y salió el estado de alarma. Me cancelaron el contrato en Hungría. Me tuve que ir a Cádiz, a casa con mi suegro y esperar a que se abriera de nuevo. Y la vez anterior que estuve más tiempo fue porque fui al servicio militar durante un año, pero me tocó en casa.
¿Cómo lleváis estar todo el año en carretera, de un sitio a otro, lejos de casa?
-El estar en casa significa que no tenemos trabajo o que estamos en el paro. Nosotros, por suerte en el mundo del circo, la mayoría de los contratos podemos ir con nuestra propia caravana. Tenemos internet, no falta detalle de nada, no nos privamos de nada. Nuestra caravana es nuestra casa con ruedas, tampoco es un sacrificio. Hoy en día el circo no es lo que era. Los circos están equipados con colegio para los niños, los artistas o personal que tienen niños en edad escolar, pues van al colegio también. Los que son más mayores y quieren seguir estudiando a lo mejor los dejan con los abuelos, o como el caso que hizo mi padre conmigo y mis hermanos, que estaba mi madre en casa, nosotros estudiábamos y las vacaciones las pasábamos en el circo. Y además hoy, gracias a internet también estamos conectados. Aunque estés lejos de tu país, estás al día de lo que pasa en casa.
Alguna anécdota que quieras contar.
-A nivel de anécdotas tengo muchísimas, pero hace unos 30 años, actuando en Israel junto a mis hermanos que estábamos de gira con un circo italiano contratado por el gobierno de Israel. Una noche después del espectáculo escuchamos unas bombas a lo lejos. Bum, bum, bum. Nos enteramos al día siguiente que habían bombardeado un hotel de Israel. Nosotros tenemos que dejar las penas y las cosas aparte, tenemos que hacer reír y hacer olvidar al público de las desgracias. Es contradictorio que a dos kilómetros cayeron unas bombas y murió gente y, al mismo tiempo, nosotros querer hacer reír y olvidar.
¿Qué le dices a los portuenses sobre el Circo Las Vegas?
-El Circo Las Vegas es un espectáculo para todas las edades. Son dos horas de espectáculo y no hay ningún hueco entre atracción y atracción. ¿Y qué hacemos nosotros, los payasos? Es un espectáculo muy visual, moderno. Además, el Circo Las Vegas es uno de los más modernos, sino el más moderno que hay hoy en día de gira por España. Tiene sonido envolvente. Son butacas como si estuvieras en un auditorio. Tiene un escenario como eso, como si estuvieras en una sala de espectáculo. Tiene luces de escena de última generación LED, cabezas móviles y demás. Como contaba, el sonido envolvente que no sabes de dónde te viene. Y, además, hoy en día tanto los ayuntamientos piden una seguridad. Y una empresa de espectáculo, como el Circo Las Vegas, tiene que estar preparada para lo que te puede exigir un ayuntamiento u otro, o una comunidad u otra. Al fin y al cabo, lo mejor que puede tener el circo es precisamente lo que nos dice el público a la salida del espectáculo. Después del espectáculo hay un photocall que nos ponemos los artistas y despedimos al público. El público nos pide hacerse fotos con nosotros, nos da la enhorabuena. Y yo creo que esa es la máxima satisfacción. O mucha gente que dice “ya es la tercera vez que vengo”. Nos ha pasado, por ejemplo, en Rota: “he venido ya dos veces y seguramente voy a El Puerto”. La mayor satisfacción para un artista es decirte que le encanta lo que ha visto y que se le han pasado las dos horas que no se ha enterado. Yo creo que eso es el mayor premio.
¿Qué significa El Puerto para el Circo Las Vegas?
El Puerto es una ciudad fetiche para el circo Las Vegas, que suele venir aproximadamente cada dos años. Nosotros estuvimos hace dos años con el Circo Las Vegas aquí en El Puerto y, dos años después, hemos vuelto. Obviamente no con el mismo espectáculo, ni los mismos sketchs cómicos ni nada. Sí el mismo concepto de espectáculo del circo de Las Vegas, pero con atracciones nuevas, números nuevos. En lo personal, mi esposa es de familia gaditana, tiene primos en El Puerto, en Chiclana y en Jerez. Y nosotros estamos buscando una casita por El Puerto, muy seguramente, o por Chiclana. Queremos acabar nuestros días de farándula por aquí. Además, yo soy sevillano, Andalucía lo tenemos en la sangre. Y yo cuando cuelgue los bártulos, los trastos, queremos quedarnos por aquí, por nuestra zona de placer, con la familia, con nuestra sangre.
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