Cuando crees que ya nada te puede sorprender. Llega el Pleno de marzo para generar debate suficiente para toda la semana. Y es que este miércoles, una vez más, el Pleno ha vuelto a convertirse en escenario de discusiones, gestos de burla, actitudes chulescas y comentarios fuera del tono político que cabría esperar en un Salón de Plenos, que a veces parece un circo más que otra cosa donde el espectáculo está más que garantizado.
Y es que, en cuestión de minutos, sus protagonistas son capaces de pasar de aprobar el Avance del PGOM (en el que solo presentó propuestas Unión Portuense) con las abstenciones de los grupos Adelante y Vox a aprobar las candidaturas de las Distinciones de la Ciudad. Un punto, a priori, tranquilo que se convirtió en una escena cuanto menos cómica, surrealista e inadecuada a medida que iban pasando los minutos.
La escena la protagonizó esta vez Javier Botella, de Unión Portuense, que a modo de ‘gracieta’ y para reprender al Gobierno por no llevar las candidaturas a la Junta de Portavoces, utilizó su intervención ( un total de seis minutos) para reproducir en bucle un audio en el que Javier Bello se comprometía a ello. Algo que por lo que se ve nunca llegó a ocurrir. Los seis minutos resultaron ser a parte de interminables, una autética tortura para los allí presentes. Que pasaron de reírse de manera incrédula a resoplar una y otra vez. Tanto es así que, al terminar su tiempo, el alcalde (que más tarde dio la razón a José Luis Bueno de Izquierda Unida que se quejó de lo mismo) por lo bajo soltó un comentario que no sentó nada bien a Botella. Momento en el que ambos se enzarzaron en una discusión con una jerga más propia de la calle que de la política.
Más tarde, volvió la tranquilidad. Aunque por poco tiempo.Los gritos del colectivo feminista Las Tres Rosas contra el alcalde y la concejala de Igualdad irrumpieron en la sala. El motivo, la plaza de psicóloga que sigue, a día de hoy, sin cubrirse en el Centro de la Mujer. Tras el alboroto, fueron expulsadas dsin más altercado.
Para terminar, apareció en escena el sindicato UPBLA que volvió a subir el termómetro de tensión con el tema del uniforme y el caso “escolta ”. Un conflicto que va para largo.
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