El pasado mes de febrero, los
deportistas ucranianos Sherii, Ivan, Vladimir, Julia, Ilia y Andrii, de entre 13 y 17 años, y sus dos entrenadores Iulia y Volodimyr llegaron a Cádiz para participar en la
Semana Olímpica Andaluza en la clase ILCA. Allá en sus casas estaba todo bien y no imaginaban que el 24 de febrero, mismo día que empezaba la competición en aguas de la Bahía, Rusia invadiría su país, obligando a sus familias a irse al exilio y a los hombres a la guerra.
Un
verdadero caos, ¿dónde iban a volver? ¿Qué pasaría el día
2 de marzo, día de que acababa la competición y el alquiler del modesto apartamento en el que se alojaban en El Puerto de Santa Maria? Volver a Ucrania no era una opción. Estaban sin alojamiento, sin dinero, sin fuente de ingresos y con las tarjetas bloqueadas.
La Federación Andaluza de Vela, ubicada en el Centro de Tecnificación de Vela de Puerto Sherry,
les devolvió en efectivo el dinero de la inscripción, que aunque no era suficiente, ayudaba. También
recibieron alojamiento temporal en casa de unas hermanas vecinas de Fuentebravía quienes se pusieron en contacto con la Federación para ofrecer ayuda tan pronto como supieron de la necesidad de estos jóvenes.
La comunicación con ellos y sus entrenadores es principalmente a través de uno de los regatistas que habla inglés, pero con el resto la comunicación es gracias al traductor de Google. A principios de mes su plan era volver a Ucrania. Primero se reunirían con el resto de regatistas de la Federación de Vela Ucraniana en la Villa Olímpica de Barcelona, que como ellos, estaban regateando en diferentes puntos de las costas españolas. Una vez juntos deberían
regresar a Ucrania y a países cercanos para encontrarse con los suyos.
El 4 de marzo, les ceden una casa en El Puerto, ya que en esos momentos eran solo 6. Así podrían vivir de manera independiente, con sus horarios, comidas, rutinas de entrenamiento, sin la sensación de invasión de intimidad de ninguna familia. Dos días más tarde y a consecuencia del engrandecimiento del conflicto se les propone cancelar su regreso a Ucrania para ofrecerles la posibilidad de que sus familiares (madres y hermanos) fueran los que vinieran a reunirse con ellos. En el Puerto de Santa María la condiciones de vida serían mejores que las que estos jóvenes podrían encontrar en Barcelona o en el centro y oriente de Europa:
Puerto Sherry se ofrecía a ocuparse de su entrenamiento deportivo en sus instalaciones, las bombas a miles de kilómetros y los vecinos cada vez más volcados en ayudar. Afortunadamente, confirman que a pesar de todo sus familias están bien, una en Bulgaria refugiada y el resto en Kiev y que es muy duro salir del país dejando a maridos e hijos combatiendo allí. Después de pensarlo, ellos deciden hacer caso y cancelar su viaje a Barcelona, donde su futuro era incierto.
Y esta posibilidad trajo a El Puerto a
tres regatistas más, una madre con dos hijos y otra madre con un hijo. También a una madre con un niño de 2 años y un bebé de dos meses y a una familia de madre, hija y abuela. Todos han venido en sus propios coches. Veinte personas y a la espera de la llegada de cuatro más el domingo.
El 17 de marzo, uno de los regatistas cumplió 18 años y lo celebró con una tarta que no pudo borrar de su rostro la inmensa preocupación. Ahora, en Puerto Sherry, se encuentran con un problema. A día de hoy
solo hay dos casas para acoger a estas familias, 13 ya están en una y el resto en la otra.
Se espera que lleguen aún más y
los que lleguen tendrán que buscarse un piso. Además, las casas cedidas están vacías por ser temporada baja. Como se acerca el verano, estas casas lógicamente ya no estarán disponibles para ellos. Hablamos de personas de condición social media que no
pueden afrontar el alquiler de una residencia. Sin trabajo que los ampare, madres con hijos y maridos luchando en la guerra, jóvenes con padres aún en Ucrania con sus negocios destrozados. Una situación muy triste que le podría pasar a cualquiera. La Fundación Vela Clásica de España, estrechamente vinculada con el mundo de la vela, no hace oídos sordos y ha decidido colaborar recaudando fondos para las necesidades de estas familias. De tal manera que ha abierto una cuenta y un código bizum exclusivo para recibir donaciones destinadas a ayudar a los jóvenes de la vela ucraniana y sus familiares alojados en El Puerto de Santa María.
Ahora, en Puerto Sherry, se encuentran con un problema. A día de hoy solo hay dos casas para acoger a estas familias, 13 ya están en una y el resto en la otra. Se espera que lleguen aún más y los que lleguen tendrán que buscarse un piso. Además, las casas cedidas están vacías por ser temporada baja. Como se acerca el verano, estas casas lógicamente ya no estarán disponibles para ellos. Hablamos de personas de condición social media que no pueden afrontar el alquiler de una residencia. Sin trabajo que los ampare, madres con hijos y maridos luchando en la guerra, jóvenes con padres aún en Ucrania con sus negocios destrozados. Una situación muy triste que le podría pasar a cualquiera.
La Fundación Vela Clásica de España, estrechamente vinculada con el mundo de la vela, no hace oídos sordos y ha decidido colaborar recaudando fondos para las necesidades de estas familias. De tal manera que ha abierto una cuenta y un código bizum exclusivo para recibir donaciones destinadas a ayudar a los jóvenes de la vela ucraniana y sus familiares alojados en El Puerto de Santa María.
TITULAR: Fundación Vela Clásica de España.
CONCEPTO: Vela Ucrania.
IBAN: ES43 0049 4677 2029 1613 8062
–
Código bizum: 05191
Nombre bizum: Vela Ucrania
Todos los fondos ya recibidos están siendo destinados a ayudarles a sentirse como en casa, cubriendo necesidades básicas como alojamiento, alimentación, salud… Esto es solo el comienzo pero si el éxito de esta campaña superará las expectativas, el monto restante iría destinado también a otras organizaciones que ayudan a los refugiados ucranianos. Cerramos esta noticia con un mensaje de agradecimiento a todas las personas que están ayudando de forma anónima, verdaderos héroes.