Reza el refranero que nada es verdad o mentira, sino que depende del cristal a través del que observemos la realidad. Unos ven los vasos medio llenos, otros medio vacíos, y otros ni siquiera ven el vaso. Pero la realidad es algo tangible, que puede ser contrastado, y los hechos nos confirman la certeza o no de su veracidad.
No importa si usas gafas de cerca, de lejos, de sol o sin cristales para posturear; en este pais, sólo puedes insultar a un juez, amenazar con pegar dos tiros a alguien o con poner bombas, mientras que no lo hagas a ritmo de rap, o usando marionetas, siempre que seas más de derechas que el grifo del agua fría o tengas tu cuarto decorado con esvásticas.
Da igual a través del prisma en que mires; lo que ayer era un pais democrático, teutónico, cuadriculado y firme defensor de las leyes y libertades, no puede convertirse de la noche a la mañana en un antro repleto de personajillos que odian lo español, capaces de cualquier cosa por tal de fastidiarnos,. Quizás no tuvieron en cuenta que en esos paises, la Justicia no oye voces que le hablen al oido.
Es insignificante la perspectiva que tengas de la actualidad; los hechos son los hechos, y te pedirán que te pongas de parte de la madre o de la abuela, que tomes partido en una batalla entre reinas, cuando lo que deberías plantearte es la necesidad de tener no una, sino dos, no uno, sino dos. En este casom,
Debería ser imperceptible la diferencia entre mirar desde o hacia el norte, igual que debería quedar clara que la libertad es una carretera de dos carriles. Sin embargo, tienes que tragarte la risa, el cachondeo y los chistes zafios de cualquier juntaletras, pero no se te vaya a ocurrir permitirte el atrevimiento de indignarte, enfadarte o simplemente arquear las cejas, porque una reata de censores te dirán cuándo, cómo y de qué debes enojarte.
Sobre todo, no importa cual sea el color político con el que observas lo que te rodea. La mentira tiene las patas cortas, y aunque te haya tocado un Máster en la tómbola de tus amigos, siempre les quedará el cuñadismo, el gel de placer de la derecha, el wonderbra de la corrupción. Bueno, según el dia.
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