El ojo de la aguja

Turismo serrano

Huelva siempre tuvo una deuda con su serranía “por desconocimiento de la misma”, por la falta de ayudas de los organismos competentes y entidades vinculantes

Publicado: 26/11/2018 ·
13:05
· Actualizado: 26/11/2018 · 13:05
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Autor

Juan Bautista Mojarro

Mojarro es un veterano articulista onubense, escritor y poeta. Ha trabajado y colaborado con casi todos los diarios onubenses

El ojo de la aguja

Un viaje por el pasado de Huelva, sus barrios, sus personajes ilustres y anécdotas, además de sus reflexiones sobre el devenir de la sociedad

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Que nuestra incomparable Sierra (talón de Sierra Morena) es una joya desde la óptica más significativa, como lo es su geografía y su extensa condición natural, resulta un axioma que sin lugar a dudas no necesita demostración alguna, si no que se lo pregunten a ese prolífico pintor y poeta  serrano Federico Martín, o a nuestro también colega serrano Juan de Mata Rodrigo Moro, que fuera redactor jefe de la COPE.

La verdad es que de nuestra Sierra, por aquello de la situación geográfica que hemos aludido antes  y su distanciamiento de la capital onubense, los ciudadanos capitalinos siempre tuvieron un concepto, en su mayoría, de lejano, distante, rozando lo inaccesible, aunque este tópico afortunadamente ha ido menguando con la evolución de los tiempos y las expectativas turísticas, gastronómicas y naturales, como también resulta fundamental los medios de desplazamientos con el aumento de vehículos habidos y por haber.

Nos duele reconocerlo, una gran parte de visitantes a nuestra serranía proceden de la vecina Sevilla, en mayor número sobre todo en los fines de semana. Y para comprobarlo solo tenemos que darnos una vuelta en días de asueto y visitar El Repilado, las tres Cumbres, Los Marines, Aracena, Cortegana, Fuenteheridos, Alájar, Galaroza, etc.

La Huelva sosegada y demasiado tranquila, coqueta y también cómoda, debería conectarse más con los bellos y numerosos atractivos, la belleza natural y oxigenante que proporcionan sus inconmensurables parajes naturales que invitan al senderismo, y las reclamaciones de sus productos culinarios, así como ese otro apartado de la búsqueda de las setas allá de enero para adelante.

Setas de una gran variedad pero eso sí, tienen que ser recogidas por verdaderos expertos, porque las suele haber comestibles y otras que no lo son, el champiñón silvestre, las turmas, gurumelos, tontullos, etc. Zonas de Gil Márquez, La Nava, Cobujón, y ya metidos en el Andévalo, Valverde del Camino, El Cerro, Santa Bárbara, Paymogo… y  tanto parte del Andévalo como toda la serranía se convierte en un verdadero ‘hervidero’ humano en este apartado, porque luego dejamos para el final las castaña,” que en la estación que se avecina bajan a la ciudad. En este sentido tenemos que decir que los propietarios de las fincas se quejan de la ganga del hurto, desprotegidas por la poca seguridad en este sentido.

Huelva siempre tuvo una deuda con su serranía “por desconocimiento de la misma”, por la falta de ayudas de los organismos competentes y entidades vinculantes, para la obligada presencia de un verdadero turismo rural en esta comarca, por la ausencia de recursos que demandan algunos municipios de años. Y termino, la Sierra de Huelva está obligada a hallarse más cerca de la ciudad. “Se hace caminos al andar”, profetizó don Antonio Machado.

 

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