En cada instante el discurrir de la vida nos viene deparando, con el paso del tiempo que nadie es capaz de detener, el cúmulo de sucesos, unos de más relevancia y otros menos, que en definitiva van agrandando en mucho el curso de la historia. Y todo viene a cuento de las recientes segregaciones, como pueblos, de Minas de Tharsis de Alosno, que ya no son Minas de Tharsis, aunque las conservan como oro en paño, sino pueblo de Tharsis; como también ha ocurrido con Minas de Perrunal, segregada de Calañas, como pueblo Perrunal, aunque ahí están también sus minas a la espera del cualquier ciclo sorprendente.
Lo referente a Tharsis lo hemos vivido desde la infancia, porque parte de la misma la disfruté en casa de mis abuelos de la localidad minera, hasta el punto que mi tía Trini llegó a escolarizarme en la ‘Escuela Grande’ en clases de párvulos. Fueron años inolvidables y el nexo Alosno-Tharsis se hallaba condenado a entenderse, fusión de familias alosneras con tharsileños, que hicieron siempre más viable la convivencia y roce entre los ciudadanos de ambas localidades. No obstante, llegado uno a adolescente se fue dando cuenta de la ‘pelusilla’ existente por la proximidad de Alosno con Tharsis, y también porque Tharsis se convirtió en la panacea laboral de muchos ciudadanos alosneros y también en el pan de cada día de otras localidades más cercanas, como Villanueva de las Cruces, Puebla de Guzmán, Santa Bárbara, etc. En resumidas cuentas, ciudadanos que encontraron el pan y el sustento en Minas de Tharsis, atraídos por la fiebre de la pirita, explotada por los ingleses y trasladada hasta la vecina Corrales, que también se implicó como pueblo minero adyacente debido a la línea de ferrocarril dolorosamente truncada y que era utilizada para el traslado del mineral de cobre y azufre para posteriormente ser cargado en barcos hacía Escocia, Alemania, Holanda, etc.
Como fuere, nos remontamos a principios de la explotación de Minas de Tharsis, cuyos primeros yacimientos se hallaban situados en la zona norte, en estado puro, vírgenes, sin explotar y que arrancan su descubrimiento y primeras excavaciones desde la época romana o tal vez con anterioridad. Entre las minas abandonadas o agotadas, se encuentran El Lagunazo, Esperanza y Cabezo Hueca, y en reserva, Sierra Bullones, Poca Pringue, Norte Poniente, Filón Centro, Prado Vicioso, Cantaeras, Vulcano, Vieja Almagrera, Nueva Almagrera y La Lapilla. En la actualidad, tan solo se encuentran con bastantes reservas Filón Norte y Filón Sur. Minas de Tharsis fue nacionalizada en el año 1979. Filón Sur fue explotada a través de avances técnicos y se extrajo de sus yacimientos gossán para, tras su manipulación, obtener oro y plata.
En definitiva, dos localidades siempre unidas por cercanías y distintos intereses, económicos y culturales. En la actualidad, respecto a Tharsis, respira al segregarse de Alosno entre el halo de un hecho histórico sin precedentes, demandando por varias generaciones de tharsileños a través de su historia. 4 de octubre del 2018, ¡felicidades mineros!
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