El ojo de la aguja

Tiempo para la confianza

¿Se piensa hoy lo suficiente? ¿Se reflexiona? ¿Qué tipo de pensamientos nos lleva, como las apariciones de los vientos?

Publicado: 12/06/2018 ·
13:05
· Actualizado: 12/06/2018 · 13:05
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Autor

Juan Bautista Mojarro

Mojarro es un veterano articulista onubense, escritor y poeta. Ha trabajado y colaborado con casi todos los diarios onubenses

El ojo de la aguja

Un viaje por el pasado de Huelva, sus barrios, sus personajes ilustres y anécdotas, además de sus reflexiones sobre el devenir de la sociedad

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¿Se piensa hoy lo suficiente? ¿Se reflexiona? ¿Qué tipo de pensamientos nos lleva, como las apariciones de los vientos? De levante, con calor y a veces con migraña. De poniente, “recoge los bueyes y vente”. Viento de norte con vendavales. Desastres que conllevan enfermedades, etc., que pretenden menguar la medicina y también la gerontología en la más doliente ancianidad con los apartados de sus conocimientos.

Tiempo para pensar y ganar la confianza del hombre hasta su credibilidad perdida en sí mismo, tan necesaria para que uno seamos todos, y viceversa.

Cada día es un parto nuevo en el dolor noctámbulo que nos regala el Hacedor, pero también en el día a día que nos lleva en ese tiempo silencioso, sin caminos que andar con la mirada en una nube de verano. Es tiempo de pensar y ganar a pulso esa confianza perdida para que el hombre gane en humanidades, perdido por entenderse pequeños dioses, cuando es el Hacedor el que se empequeñece en nosotros. Tiempo que aleje esos “bandos” y aquellos que te quitan las “tiras del pellejo”. Tiempo de confianza para el marinero en sus amplitudes de océanos como apartados filósofos que agrandan sus saberes ante la elíptica redondez contemplando el confín.

Es tiempo de confianza que debe ganarse con la limpieza pensante de aquel agricultor que ara sudores y lágrimas sobre los surcos, gestando sabidurías en solitario. Tiempo también, allá, en  los aldeanos, que desgraciadamente, cada vez son menos, por el consabido abandono masivo de los pueblos.

Tiempo éste de ahora que se halla a un límite confuso, para tratar de ganar esa confianza aludida en verdades de un mundo que se endurece en su evolución con esa verdad que no sabemos la ruta tomada, la que nos debe hacer libres, lejos de banales disputas que no conducen a ninguna parte por afanes lucrativos.  Sí, amables lectores, entiendo que nos hallamos frente a un tiempo al que hay que ayudar con esa confianza que nos dejó al libre albedrío, como he indicado más arriba creyéndonos pequeños dioses, cada uno a su manera, “pisando” al otro, sin importarle las consecuencias. Se tiene que llegar a esa verdad  que se le vuelve la espalda, aunque la verdad, como dijo Kafka, “es indivisible, no puede reconocerse por sí misma, para conocerla hay que ser mentira”. Algo así como lo que se da en aquel binomio inseparable, sin luz todo es sombra.

 

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