El ojo de la aguja

Huelva, la desconocida

Estamos hartos los de Huelva, “que nos quiten lo bailao”, de que se apropien de nuestro legendario e histórico legado

Publicado: 16/04/2018 ·
11:21
· Actualizado: 16/04/2018 · 11:21
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Autor

Juan Bautista Mojarro

Mojarro es un veterano articulista onubense, escritor y poeta. Ha trabajado y colaborado con casi todos los diarios onubenses

El ojo de la aguja

Un viaje por el pasado de Huelva, sus barrios, sus personajes ilustres y anécdotas, además de sus reflexiones sobre el devenir de la sociedad

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A propósito del afortunado artículo ‘Ni formas ni fondo’, de Federico  Pérez, compañero de página en el VIVA y amigo, editor, periodista y no sé cuantas cosas más, amén de choquero por los cuatro costados, sobre los sapos soltados por unos pseudohumoristas en una cadena que mejor no acordarse contra nuestra ciudad y personas con nombre propio en las siempre intrigantes redes sociales, no tengo más remedio que salir a la palestra y dignificar en actitudes y sentires a nuestro compañero. Está visto que a estos interfectos le ponen una ‘alcachofa’ delante y llegan antes que nadie a Marte.

Estamos hartos los de Huelva, “que nos quiten lo bailao”, de que se apropien de nuestro legendario e histórico legado. Estos energúmenos que airearon a los cuatro vientos su ignorancia mental, que sepan de Vázquez Díaz, de Enrique Monís Mora, de Xandro Valerio, de Pepe Caballero, de Juan Ramón Jiménez, Francisco Garfias, el cineasta Elías, de Jesús Arcensio, Mateo Orduña Castellano, Jesús Hermida, Víctor Márquez Reviriego, José María Morón, de  Ruiz de Alda, Ramón Franco y Pablo Rada, Alonso Sánchez… De Colón y los marineros de Moguer, Huelva, Palos, Lepe y La Rábida. De Pedro Carrasco, el único campeón del Mundo de boxeo en España. De Paco Toronjo, ‘El Papa del fandango’, y no digamos de nuestro ‘paraíso’, porque todo el que viene se queda. En el fútbol, ahí están Manolín Guerra, de Sevilla (que no le hablen mal de Huelva) Pepe Martínez Oliva, Rafael Blanco Maireles, ambos también de Sevilla, y echaron raíces en nuestra tierra; el vasco Ambrosio Alcorta (vecino mío), que jugó el primer ascenso a primera del Recre; Emilio de la Riva, de Puertollano. Pepe Ruiz Mesa (de Sevilla), Pepe Lapi (de Cádiz), Antonio Morón (Badajoz). Del historiador Antonio Martínez Navarro, que nació en Melilla y fue nombrado hijo adoptivo de Huelva, y el más reciente, el cantaor Eduardo Hernández Garrocho, que nació en Salamanca y este año fue nombrado también hijo adoptivo de la ciudad. Yo sí, Federico Pérez, no es perder el tiempo enseñar al que no sabe, dicen que suele ser una obra de caridad, y esto último no cuesta nada porque se suele hacer con el sentimiento ese intrínseco tan doliente tuyo ahora.

Y referente a nuestra ciudad, te voy a contar un hecho vivido con la amistad que me unió al director de la Academia Norteamericana de la Lengua, Odón Betanzos Palacios, de Rociana. Cierto día íbamos paseando por la calle Concepción en silencio, y de pronto Odón rompe ese silencio y me dice: “¿Sabes una cosa Juan?” “¿De qué se trata?”, le pregunté. Y me dice: “Te quieres creer que en Staten Island (Nueva York) no saben dónde están Palos de la Frontera ni La Rábida”. Yo le dije: “Cuento con un relato en el que digo que a Huelva se la lleva un golpe de mar y no se entera nadie, por desconocida”.

 

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