Hemos leído en el manicomio que en Cádiz están locos por cambiar el nombre del Estadio Carranza, el del viejo puente Carranza y también el de la Avenida de Juan Carlos I, el precipitado. Dicen que Carranza era un fascista amarillo y que el rey era un elemento de mucho cuidado. Por tanto, no quieren que ninguna calle o avenida de Cádiz tenga el mal gusto de llevar sus nombres. Por lo cual, y con el fin de ayudar, nos hemos reunido unos cuantos locos y hemos visto que también otros muchos nombres deberían ser cambiados, más bien para que no haya discriminación. Queremos aportar nuestro granito de arena, para que la capital quede libre de fascistas y de aprovechados.
Por ejemplo, no es normal que Cádiz tenga una calle que se llame Sacramento, porque huele a Iglesia y a incienso. Claro, que una cosa lleva a la otra, porque hay en la Tacita calles de santos para dar y regalar. Por mencionar un par de ellos: San Severiano y San Rafael. Pero en el fondo los santos también eran fascistas. Y usted también es fascista. Bueno, aquí todo el mundo es fascista menos ellos. Pero sigamos. Y ya de paso ¿qué me dice de la calle Botica? ¿No sería más normal que se llamara calle Farmacia? ¿Y es normal que Amílcar Barca tenga una avenida habiendo formado la que formó junto con su hijo Aníbal y su yerno Asdrúbal? Seguramente los tres eran también fascistas, porque trabajaban con elefantes como el emérito. Y ¿qué me dicen de la Avenida de Carlos III? Tendrá fama de buen rey, pero no pega que a unos reyes les vayan dando, y a otros les perdonen la vida. Habría que cambiar el nombre urgentemente. Y ya ni comentamos cuando vemos la calle Reina Sofía, la callada. ¿Hasta dónde vamos a llegar? Y ¿es normal que exista en Cádiz un Hospital de Mujeres? Habría que llamarlo Hospital de Mujeres Unidas y de Hombres también Unidos, o ¿es que los hombres nunca se ponen enfermitos?. Faltaba más. ¿Y la calle Fernando el Católico? Eso hay que borrarlo del tirón. Lo suyo es cambiar el nombre y poner el de cualquiera que pase por allí. Por supuesto también era fascista. ¿Y Zorrilla? ¿Se puede aguantar que tenga este machista una calle, si su Tenorio le comía el coco a Inés con aquello de “¿no es cierto, ángel de amor, que en esta apartada orilla más pura la luna brilla y se respira mejor?” ¿Se puede aguantar tanto piropo seguido y rimado? ¿Y la calle Cervantes? Otro fascista que contaba las cosas de un loco. Y no levantaba el brazo porque era manco, pero no porque le faltaran ganas.
Por tanto, los locos de verdad pensamos que, ya puestos a cambiar algunos nombres, habría que ir a por todas y cambiar el callejero casi entero, aunque tengan que eliminar todos los cachos de historia que haga falta. ¿Y eso de Avenida de la Hispanidad, cuando lo de América fue una salvajada hecha por fascistas? Por cierto el nombre de Puerto América, fuera, que recuerda a Hernán Cortés, a Pizarro y a todos los fascistas que fueron a matar indios. Y ¿qué me cuenta de la Plaza España? Deberían cambiarle el nombre y ponerle Españazuela para que todo concuerde. Eso sí, la calle Libertad no la deben cambiar para disimular, pero hubiera estado bien ponerle otra cosita más llevadera. Sin embargo, el nombre de manicomio, que viene de manía, no creo que lo cambien, porque a unos cuantos maniáticos les viene como anillo al dedo.
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