Aunque les parezca mentira, este artículo lo he escrito hoy viernes día 20 de diciembre de 2019. Está lloviendo y hace frío. Sirvan los locos del manicomio como testigos de la fecha y de lo que estoy escribiendo. Pueden preguntar también en la redacción, que ya Antonio Atienza les dirá que es verdad cuanto aquí se afirma. Haré hoy aquí una loca predicción del gordo que va a salir pasado mañana domingo, de modo que cuando el lunes lean ustedes estas líneas ya se enterarán de si llevo o no la razón, aunque casi nunca la tengo. Les cuento por si no se han enterado bien.
En mis ratos libre pensé en el patio que podría averiguar el gordo de Navidad con anterioridad al sorteo del día 22, cosa que nadie ha conseguido hasta la fecha. Muy fácil. Como hoy aparecen datos por un tubo por todas partes y aquí ya tengo Internet, lo que he hecho ha sido recopilar todos los primeros números que a través del tiempo han salido de los bombos de la Lotería Nacional desde 1812. Los he mezclado en mi cabeza, me he pegado unos cuantos chocones contra la pared, y no se lo va a creer, pero lo he visto tan claro como el puchero de un pobre. En mi mente se ha iluminado, no sé por qué, el 26590. No me pregunten por qué, pero es lo que hay. Por supuesto que no me hago responsable del resto de números, porque eso me daría un dolor de coco horroroso. Me voy a limitar a hacer una predicción del más gordo de todos ellos, que interesa más que los delgados y es el que tengo muy claro.
En cuanto se me apareció ese número entre las células grises de mi cerebro, salí corriendo a decirle al director del manicomio que me consiguiera al menos un décimo y no entendí muy bien la respuesta. No sé si me dijo que me fuera para abajo o una palabrota malsonante o que me tomara doble ración de pastillas. La gente es muy poco agradecida. Se lo estoy poniendo como a Felipe II para que se haga millonario de golpe sin dar un palito al agua. Pues nada, ni caso. Después he ido hablando uno a uno con todos mis compañeros y ninguno me cree, por más que les he dicho que es un cálculo matemático que no podía fallar de ninguna de las maneras. Todos me están dando de lado y dicen que eso es imposible y que estoy loco, cosa que no hacía falta que me dijeran los muy antipáticos. Cuando vean que el gordo es el número que les estoy diciendo, se van a arrepentir de no haberlo comprado los muy tontos. Así que para salir de dudas solo falta esperar al domingo. No se lo he anunciado a ustedes, porque estaba seguro de que no me iban a hacer caso y encima iban también a decir que estoy loco, lo cual ya me hundiría definitivamente.
Estoy deseando que llegue el domingo 22 para ver la cara que ponen algunos cuando salga el gordo. Me voy a tirar al suelo muerto de risa y voy a patalear patas arriba como las cucarachas, repitiendo: os lo dije, os lo dije…Esto de ser adivino no lo entiende la gente, pero yo me encuentro divinamente. Así que, ya saben, saldrá el 26590 y además saldrá tempranito. Es seguro. Ya me dirán. Ya estoy meneando los números en mi cabeza con vistas a la Lotería del Niño. El día 5, domingo, pondré aquí el primer premio. Ya saben. Háganme caso. Yo no fallo, eh!
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